Grosdita Alcaíno: “En La Prensa llegamos a transformarnos en una familia”

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Grosdita Alcaíno siempre fue el corazón de nuestra oficina en Talca.

Especial 125 años de diario La Prensa. Fueron más de 20 años donde pudo desarrollarse profesionalmente y además conoció personas con quienes construyó vínculos de afecto.

TALCA. Una moneda al aire definió el arribo de Grosdita y su familia, a la ciudad de Talca y no a Rancagua, en su búsqueda de nuevas oportunidades laborales. Era el comienzo de la década del 80 y soplaban vientos difíciles de crisis económica y de empleo. Junto con su marido, de profesión músico del Ejército, decidieron que era el momento de emprender fuera de Curicó.
En la capital regional, Grosdita Alcaíno se encontró con el mundo de los medios de comunicación. Primero trabajó en Radio Nacional, en tareas contables y administrativas, y luego cuando la emisora fue fusionada, se vio en la necesidad de nuevamente buscar empleo. Fue ahí cuando apareció el diario La Prensa en su vida. Si bien conocía este medio en Curicó, lo cierto es que estando en Talca ingresó a trabajar al diario en su etapa de expansión regional. Además, con Fernando Cordero, agente regional de diario La Prensa, había trabajado anteriormente en Radio Nacional. Al diario La Prensa, en Talca, ingresó el 1 de diciembre de 2001, asumiendo labores administrativas y que luego se fueron complementando con otras funciones en el área de ventas.  En este medio desarrolló su última etapa laboral. Fueron más de 20 años donde pudo desarrollarse profesionalmente y además conoció personas con quienes construyó vínculos de afecto. Por eso a diario La Prensa lo lleva en el corazón.

UNA FAMILIA
“Fue una parte importante de mi vida, de toda mi trayectoria. Fue un pilar económico para mí y mi familia. También un pilar como persona, porque en La Prensa éramos una oficina pequeña de seis personas, y llegamos a transformarnos en una familia”, dice, agregando que “compartíamos la parte profesional y también la parte humana”.
Y como toda familia, vivieron no solo situaciones favorables, sino que también difíciles momentos, pero que como grupo supieron superar. El 2010 ocurrió uno de los peores terremotos de la historia nacional y las oficinas del diario en calle 1 Oriente con 2 Norte, supieron de sus efectos. El 2019 les tocó vivir el estallido y luego vino la pandemia, donde todos se fueron a sus casas para seguir trabajando de manera remota. Después sucedió el lamentable deceso del querido periodista Pablo Rodríguez, tras caer enfermo, un golpe que consternó a todos los integrantes de esta “familia”. No obstante, entre todos se dieron afecto y fuerza para continuar. “Era un equipo afiatado y capaz de sortear todos los escollos que se nos pusieran en el camino”, señala con orgullo.

ETAPAS
El tiempo siguió avanzando y llegó el momento de dejar la vida laboral. Prolongó su trabajo hasta el 31 de diciembre de 2022, cuando cerró por última vez la puerta de la oficina regional de La Prensa. “Hay que vivir las etapas y tomé la decisión de que me tocaba la etapa de retirarme. Había que dar paso para que se produjera una renovación”, afirma. Grosdita valora su paso por La Prensa porque -dice- le permitió hacer profesionalmente lo que sabía y además crecer, adquiriendo nuevos conocimientos y capacidades. “Fue un caminar muy positivo, muy reconfortante. Es una familia que se echa de menos, estando afuera, son afectos que se quedan”, reconoce, con nostalgia. Grosdita tiene dos hijas, ambas profesionales. Hace un tiempo debió lamentar el deceso de su marido. Un golpe muy duro al que tuvo que sobreponerse. Recuerda que cuando decidió jubilar, tenía el proyecto de trasladarse a vivir al litoral, a un lugar tranquilo, distante del ruido de la ciudad. Pero los planes cambiaron. Ha tenido que asumir algunas situaciones familiares que la han mantenido muy ocupada y que le ha significado posponer por ahora su objetivo. Espera más pronto que tarde poder llevarlo a cabo, al igual que su anhelo de prestar servicios de voluntariado y también en una iglesia. “Quiero devolver algo de lo que Dios me ha regalado. Soy una agradecida de la vida, de las personas que han trabajado conmigo, que han estado conmigo y que han hecho posible que viva estos años”, señala.