“Fatiga pandémica”: Se veía venir…

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Editorial

Seguramente las antiguas pandemias mundiales fueron tan terribles (o quizás peores) que la que estamos viviendo desde fines del 2019 con el Coronavirus, pero el grado de avance de las telecomunicaciones en los últimos 40 años –y que implica el hecho de vivir “todos conectados” en las redes sociales– hace que la actual crisis sanitaria se convierta en un drama humano y social sin precedentes.

Por citar un ejemplo: durante la primera pandemia del “cólera” que se desató en Asia sudoriental en 1817 no se hablaba de medidas de seguridad y cuarentenas como las actuales y por eso, los contagiados y los muertos se multiplicaron rápidamente en otras regiones del mundo

Cabe recordar que los modernos conocimientos sobre el cólera datan solo de principios del siglo XIX, época en que los investigadores empezaron a profundizar en sus causas y tratamiento.

Hoy –mucho más de un siglo después– las cosas han cambiado rotundamente y hemos sido más cautelosos, pacientes y temerosos, pero todo tiene un límite y por estos días surge un concepto que, derechamente, se veía venir: el de la “fatiga pandémica”.

Ayer lunes, en su informe diario, el Ministerio de Salud dio a conocer que más de 20 comunas del país pasarán, a partir de este jueves 24, de “Cuarentena total” a Transición, aunque las cifras no hayan disminuido sustantivamente (entre ellas Talca, nuestra capital de la Región del Maule) y había otras que llevaban más de 90 días confinadas.

Este concepto de la “fatiga pandémica”, acuñado por la OMS con motivo de la crisis sanitaria mundial, describe el agotamiento físico y mental propiciado por las medidas restrictivas aplicadas para el control del Coronavirus, como uso de mascarilla, distanciamiento físico y cuarentenas prolongadas.

Antes del 2020, nadie estaba acostumbrado a usar mascarillas en público; al distanciamiento físico obligado ni al frecuente lavado de manos. Sin embargo, tras las recomendaciones de la OMS al declararse oficialmente esta enfermedad como pandemia, estas medidas resultaron ser la única forma de intentar acotar la propagación del virus.

El cansancio, a más de un año en “modo COVID”, ha generado en la población, resistencia ante las medidas sanitarias, visible, por ejemplo, en las fiestas clandestinas y el uso incorrecto de las mascarillas, todo lo cual conforma lo que hoy comienza a conocerse como “fatiga pandémica”.