Ayudas del Gobierno: no todos entienden

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Editorial

En todo el mundo, los Estados (y/o Gobiernos) enfrentados a la crisis sanitaria que impone la pandemia del Coronavirus, han debido implementar diversos programas de ayuda dirigidos especialmente a la gente más pobre, vulnerable y pasando por la sufrida clase media que ha perdido sus trabajos, pequeñas y medianas empresas y fuentes laborales, en alarmantes cifras.

Por cierto, Chile ha debido seguir por esa misma senda de humanitaria solidaridad y empatía frente a la crisis.

Aparte de los bonos de aportes sociales que se venían brindando en los años recientes (Bono Marzo; Invierno; Fiestas Patrias; Navidad; Subsidio Único Familiar -SUF-, etc.), la pandemia obligó a entregar ayudas “extras” como han sido: el Ingreso Familiar de Emergencia Covid-Cuarentena; el Ingreso Familiar de Emergencia Covid-Transición y el IFE Covid-Preparación y Apertura y ahora último el IFE (Ingreso Familiar de Emergencia).

Chile Seguridades y Oportunidades -SSyOO- (también conocido como Ingreso Ético Familiar -IEF-) corresponde a un conjunto de transferencias monetarias que suplementan los ingresos autónomos de los hogares en situación de extrema pobreza. También conocido como Subsidio Único Familiar (SUF), está destinado a personas de escasos recursos que pertenezcan al 60 por ciento de la población nacional socioeconómicamente más vulnerable, según el Registro Social de Hogares (RSH).

El actual monto del Subsidio Familiar es de 13 mil 401 pesos por carga familiar.

Si bien esta política de apoyo económico es siempre bien recibida por la gente más sencilla y siempre necesitada, gran parte de esas jefas y jefes de hogar son personas sin mayor formación escolar (ni siquiera la básica) y ha habido que usar todos los medios disponibles para hacerlas entender los detalles más simples sobre los programas de asistencia que ofrece el gobierno, para poder acceder a esos dineros que son vitales en medio del drama que se fue derivando e incrementando, desde que la pandemia alcanzó las cifras más altas y preocupantes.

Para el Gobierno, la “población-meta”, son los hogares en situación de extrema pobreza y, en el caso del pilar de logros, se extiende a hogares pertenecientes al 30% más vulnerable de la población.