La verdad de un campeón de la mentira

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Julio “Pato”, como es conocido Julio González, contó con mucha gracia su “mentira”, ganando el certamen celebrado en Cumpeo (imagen de redes sociales Municipalidad Río Claro).

Festival en Río Claro. Julio González, conocido como Julio “Pato” en Cumpeo, es distinguido como el más mentiroso de todos, y dijo estar dispuesto a revalidar su título el próximo año.

RÍO CLARO.Ahí viene el mentiroso”, afirma que le dicen cuando lo ven acercarse. Es Julio González González, conocido en Cumpeo como Julio “Pato”, en honor a su padre que llamaban “Pato”, quien recientemente resultó vencedor en un concurso de mentiras desarrollado en la comuna de Río Claro, en el marco de un festival folclórico. Julio “Pato” cuenta que el otro día fue al estadio y se tuvo que ir antes porque cuando lo vieron llegar, le dijeron “ahí viene el atado de mentiras”. “Parece que fue un cacho participar”, señala en tono de broma. Cosas que suceden en Cumpeo (comuna de Río Claro), que en mapudungun significaría “primavera”, único pueblo real que existe en la historieta de Condorito, vecino de Pelotillehue -de donde es oriundo el personaje creado por Pepo- y Buenas Peras, una feliz coincidencia que en todo caso el municipio ha sabido aprovechar, impulsando una atractiva Ruta de Condorito. Julio González tiene 71 años y aún sigue “poniéndole el hombro” al trabajo. Labora para la Municipalidad, en la dirección de Obras, en áreas verdes.

FESTIVAL DE LA MENTIRA
Pero en realidad, Julio “Pato” es bicampeón del engaño. Y es que este Festival de la Mentira tiene historia. Antes, el certamen de los mentirosos lo organizaban los municipios de Molina y Río Claro, y lo hacían en la precordillera, en un sector conocido como “El Pancho para la Pata”. La primera versión se realizó en el 2012.
En una ocasión -cuenta el mismo Julio-, antes de la pandemia, se presentó, contó una historia y ganó el certamen. Ahora, en el festival realizado hace algunas semanas, organizado únicamente por la Municipalidad de Río Claro, en el anfiteatro del Parque Alameda de Cumpeo, volvió a presentarse, adjudicándose nuevamente el cetro que lo reconoce como el más cuentero y mentiroso de todos y además un premio en dinero. El certamen de las patrañas se vuelve todo un acontecimiento local, que rescata las tradiciones criollas y donde está presente también la música folclórica a cargo de varios grupos locales.

RECETA
Julio comenta que en esta ocasión se presentaron ocho participantes, incluso algunos de Santiago, pero ninguno logró superar su relato. Él tiene su receta para crear la historia. Dice que se acuesta temprano y ahí empieza a pensar y a idear la mentira. La graba en el teléfono celular y después la revisa, cerciorándose que tenga lógica y se entienda. Cuando se presenta no la lee, sino que se la aprende, aun cuando siempre deja espacio para la improvisación del momento. Julio está casado y es padre de dos hijos. Dice que su señora se ríe con su “choreza” y que no le molesta que sea identificado como un gran mentiroso. Eso sí, confiesa que su hija no quiso acompañarlo al festival por temor quizás a qué cosas o leseras contaría su padre.

LA HISTORIA
A casi un mes del hito, con poca resonancia en los medios tradicionales, diario La Prensa tomó contacto con el “Urdemales cumpeíno” para conocerlo, para sacarlo del “anonimato” y también para que volviera a relatar su cuento. A continuación, la trepidante e hilarante historia ideada por Julio “Pato” y que sacó aplausos y carcajadas, y por cierto, la aprobación del jurado. Hay un cerro cerca del pueblo. Al alcalde le regalaron un pedazo de cerro para la Municipalidad; el alcalde quería sacar la mitad del cerro y ponerla en el Parque Alameda. Y para eso necesitaban gente para trasladar el cerro y hacerle un túnel. Pero en el lado de Curicó hay un túnel que no ocupaban y el dueño de este, se lo dio para que lo pusiera acá y no estar picando la tierra. Lo iban a traer en un tren hasta Camarico, pero para trasladarlo desde Camarico a Cumpeo, era un “cacho”, así que un caballero con una rampa iba a ir a buscarlo a Curicó para traerlo para acá e instalarlo en el cerro de la Alameda.
Nosotros vinimos a la Municipalidad, pero el jefe dijo que no se iba a hacer la pega, porque habían encontrado un túnel hecho, así que los veinte viejos nos quedamos conversando en la plaza, y llegó un caballero con un camión y dijo que si estábamos desocupados, fuéramos a cargar el camión con 20 millones de palos. Yo dije este caballero estará loco.
¿Cuántos son ustedes? 20. Ya vamos los veinte y fuimos. Nos llevó a una parte lejos, llegamos a un galpón, y eran veinte millones de palos, pero eran fósforos. Había un viejo haciendo fósforos ahí. Cargamos el camión y le pregunté al chofer si había que encarpar porque estaba lloviznando, no -dijo- porque hay que trasladarlo desde este galpón al que está más allá, porque ahí había otra cachá de viejos haciendo la cabeza a los fósforos. Y le echamos un cachá de clavos arriba, y le dije para qué, para clavarle la cabeza a los fósforos.
Después el caballero dijo ‘ya yo los voy a ir a dejar a Cumpeo’ y sacó una citroneta, de esas que tienen cajón atrás, y dijo ya acomódense arriba. Yo le dije que acá en la citroneta no cabemos 20 viejos. Se metió la mano al bolsillo, sacó un control remoto, apretó un botón y la citroneta estiró seis corridas de asientos. Y nos vino a dejar a Cumpeo, y llegando a Cumpeo, estaban los carabineros. Dijo que no se hagan problemas, porque esta citroneta tiene todos los papeles, tiene las cuatro vacunas. El carabinero dijo “a ver ¿vienen todos con cinturones de seguridad?, ¿y cuántos son?, 20 y con el chofer 21’. Y contó y veníamos 20 no más, ¿y el otro dónde está? y entraron arriba a contar. Falta el Rodri, y está en el baño. Tenía baño la citroneta. ¿Oye Rodri por qué te demorai’ tanto en salir? Dijo es que acá en el baño no hay confort, estoy ocupando la cortina de la ducha. Salió el carabinero, dijo está todo bien, váyanse. Y nos dieron un millón de pesos por los 20, por cargar los fósforos, y quedamos felices de la vida.

DESAFÍO
Julio “Pato” está contento con el desarrollo del evento, con el rescate de las tradiciones populares y la distinción recibida como el más mentiroso de todos. Y confidenció que además está dispuesto a defender su título de campeón del embuste el próximo año, cuando se realice una nueva versión del Festival de la Mentira. Advierte a los incrédulos que ello no es ninguna mentira, sino que la más pura y santa verdad.

El feliz ganador Julio González, junto al alcalde de Río Claro, Américo Guajardo.