Gatita: Una historia de amor perruno

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Hoy, Gatita tiene una nueva vida. Nunca más volverá a ser abandonada.

Ahora tiene un hogar definitivo. Muchos conocen a esta perrita que vivió por varios años en el centro de Curicó.

TALCA. Conocí a Gata cuando vivía en el sector céntrico de Curicó. Le gustaba andar sola, evitaba la compañía de otros perros y amaba perseguir autos y motos, lo que le generó el odio de algunos conductores de estos vehículos.

Gatita siempre destacó entre otros perritos en situación de calle, por su porte y elegancia. Y además, por tener un carácter fuerte que le hacía ganarse la enemistad de otros perritos. A varios, les mostraba los dientes y los intimidaba con su presencia.

Por años, esta perrita comunitaria del centro de la ciudad de Curicó, vivió sola. Pero esto cambió cuando se hizo amiga de Negrito, callejerito que llegó a este sector y con toda su humildad, logró hacer buenas migas con Gatita.

Pasaban el tiempo juntos y tenían sus guaridas para protegerse del peligro de algunos antisociales y de las inclemencias climáticas. Sus escondites más requeridos eran la esquina de calle Yungay con Prat, específicamente el alero de un edificio al lado de la zapatería El Negro. En este lugar, les instalábamos unos cartones para que no se mojaran con la lluvia.

HOGARES TEMPORALES

Hay un antes y un después en la vida de Gata, el que tiene como fecha el mes de diciembre del 2021, cuando esta perrita fue atropellada en calle Montt, afuera del Mall Valle de Curicó.

En ese momento, decidimos como equipo de Fundación Paticorta sacarla de la calle y buscarle un hogar temporal. Nos daba miedo que Gata muriera en la calle sin recibir los cuidados que merecía.

Y el frío que arrecia en Curicó empezó a pasarle la cuenta a Gatita y nos dimos cuenta que padecía de artrosis. Esto hacía que muchas veces no pudiera pararse y quedara postrada en la calle.

Por esta razón, decidimos impulsar una campaña tendiente a encontrar un lugar para resguardar a Gatita, tarea bastante difícil porque queríamos que Negrito también saliera de la calle.

Publicamos mil veces la historia de Gata y Negrito, utilizando Facebook e Instagram. Y ocurrió un milagro, nos ofrecieron hogar temporal para ambos.

Uno de sus hogares de tránsito llegó a su término y hubo que buscar una nueva alternativa. Y clínica veterinaria Curicó nos ofreció ayuda. Y en este lugar, ocurrió un nuevo milagro, Negrito fue adoptado por una bella familia. Y Gatita quedó sola.

CUIDADOS

Es en este minuto donde nace mi historia de amor con Gatita. Me hice cargo de sus cuidados por dos años, le daba su comida, agua y la sacaba a pasear. Y surgió un fuerte lazo entre nosotras.

Nunca dejé de visitarla y preocuparme que estuviera bien protegida, que no pasara frío y, sobre todo, darle mucho amor. Cada vez que Gatita me veía, me daba besitos y ponía su manito en la mía.

Pese a todo el amor que ambas sentimos, entendí que Gatita tenía que encontrar un hogar definitivo. Y lamentablemente, yo no la podía adoptar.

Y ocurrió otro milagro. Apareció una bella familia que quiso cambiar la vida de esta perrita. Y tuvimos que despedirnos, pero no es un adiós definitivo, ya que siempre estaremos de contacto y tal como un día se lo prometí, nunca soltaré su patita.

A través de esta historia, quiero motivar a las personas a adoptar perritos adultos y viejitos y darles una nueva oportunidad antes que crucen el puente del arco iris. No se arrepentirán.