Una deuda vial más que pendiente

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Editorial

El viernes pasado una joven, de 25 años, perdió la vida tras ser atropellada por un camión de gran tonelaje en la avenida Camilo Henríquez, casi en la intersección con Cloroformo Valenzuela. Ese accidente de tránsito dejó en evidencia el complicado flujo vial que se registra a diario en ese punto de la ciudad. Ahí convergen varias arterias, a las dos calles ya mencionadas, se suman avenida Balmaceda y Bombero Garrido, por lo cual el tránsito se hace muy lento, lo cual influye en el ánimo de los automovilistas y peatones que se desplazan por ese lugar, pues en pocos metros una persona puede ir a comprar a un supermercado mayorista o a la Feria Libre de Curicó.

Hace varios años que se viene hablando de que se intervendrá esa área de la ciudad. Algunas autoridades dijeron que estaban avanzadas las gestiones para que Camilo Henríquez tuviera cuatro pistas, sin embargo, la idea se desinfló porque el proyecto sería muy caro debido a que habría que elevar la línea férrea. También se mencionó la construcción de una rotonda, pero al final nada se ha concretado.

Sin duda que donde se produjo el accidente fatal de la ciclista hay que tomar medidas a la brevedad, tal como se ha hecho con el eje Alessandri-Freire, el cual avanza a paso lento, pero que cambiará, dicen, la calidad de vida de los automovilistas curicanos y de la población que vive en su alrededor, pues se contaría con una vía rápida y moderna, además de un mobiliario moderno para la inclusión de toda la comunidad.

Bueno, mientras se esperan novedades en Camilo Henríquez, ojalá que todos los actores sociales tomen conciencia a la hora de andar por las calles de la ciudad, pues un pequeño descuido puede terminar con la vida de una persona.