Campañas políticas bajo pandemia

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Editorial

Si las redes sociales “ya se habían tomado” las campañas políticas desde hace algunos años, en los meses previos al que fue el desarrollo del histórico plebiscito constitucional de octubre pasado, la todavía vigente pandemia del Covid-19 obligó a los partidos o conglomerados, a volcar aún más sus esfuerzos y recursos en dirección hacia tales estructuras de carácter virtual. 
Plataformas como Instagram, Facebook, Twitter, TikTok y hasta el mismísimo WhatsApp, se volvieron los principales aliados para hacer propaganda por el Apruebo y el Rechazo, mientras que el programa Zoom se transformó en una herramienta crucial para convocar a electores y medios de comunicación a las actividades de cada uno de los comandos.
Los tradicionales “puerta a puerta”, los “volanteos” y las “palomas” en las calles, se vieron fuertemente disminuidas y fueron, en parte, reemplazadas por conversatorios y convocatorias virtuales.
Si bien, impulsar una campaña en pleno auge de una pandemia implica una serie de grandes desafíos, la experiencia relacionada al citado proceso de octubre pasado, junto a las Primarias tanto para alcaldes como para gobernadores regionales de noviembre, dan cuenta de que “la promoción de posturas e ideas” entre los electores, se puede llevar a cabo “sin mayores inconvenientes”.
Junto a las citadas redes sociales, los medios de comunicación tradicional (radio, prensa y televisión) también deberían cumplir un importante rol a la hora de difundir candidaturas y propuestas.   
Es importante considerar el “abultado” calendario electoral que se avecina, con eventos fijados hasta el primer semestre del próximo año. Por lo pronto, en abril corresponde elegir alcaldes, concejales, gobernadores regionales y también a los constituyentes. Para mayo, una eventual segunda votación para el cargo de gobernador regional. En julio están las eventuales Primarias para Presidente de la República, senadores y diputados. La elección de tales cargos (además de los consejeros regionales) fue fijada para noviembre. A ello se suma una eventual segunda vuelta presidencial (diciembre) y la aprobación o rechazo del nuevo texto de carácter constitucional que necesariamente debe ser redactado (primer trimestre del 2022).
Por lo mismo, si bien el proceso de vacunación ha permitido ver la tan ansiada “luz al final del túnel”, lo concreto es que mientras aquel procedimiento no alcance los porcentajes recomendados por los expertos, las campañas y las votaciones seguirán llevándose a cabo bajo un estricto “Modo Covid-19”.