María Ester Rivera: Disfrutando la segunda oportunidad que le entregó la vida

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La colorida esquina en que se ubica el local “El Secreto” no pasa desapercibida por la comunidad curicana.

Gastronomía. La dueña del emprendimiento “El Secreto”, volvió a pararse tras un grave accidente automovilístico ocurrido en el 2019.

CURICÓ. Mujeres fuertes son las que rodean a María Ester Rivera, emprendedora y dueña de la cafetería y pizzería “El Secreto”, quien ha sabido sobreponerse a distintas adversidades, abriéndose en el mundo de la gastronomía, siendo madre de dos niños y contando con el apoyo de su mamá y de su abuela, que la cuida como su “ángel de la guarda”.
De profesión agrónoma, a María Ester siempre le gustó hacer pizzas, las hacía en su hogar y vendía a sus más cercanos, quienes se pasaban el dato de lo ricas que eran.
“Con mi exmarido hacíamos hartas pizzas para amigos y de a poco me empecé a introducir en el mundo de la cocina. Cuando llegué a esta casa, Merced con Membrillar, ya estaba súper comprometida con El Secreto”, contó, añadiendo que en un principio se asoció con una amiga y, en el 2018, ella sola se hizo cargo del negocio.
“Hago de todo. Veo la parte administrativa y el área práctica, cocino y además, gestiono algunas actividades que se desarrollan en el local. Entre las que se encuentra el tarot y copas”, aclaró.
“Me gusta gestionar un espacio donde las personas puedan encontrar de todo y este lugar se convierta en un punto de encuentro para la comunidad”, precisó.
Además la emprendedora reconoció que no es fácil hacerse cargo de un negocio, siendo madre de dos niños pequeños.
“No solo se administra un negocio, sino que también una familia con niños. De ahí, la importancia de generar redes de apoyo. Tengo a mi mamá que ayuda con el cuidado de los hijos cuando estoy acá o permanece en el negocio, cuando me quedo a cargo de ellos”, enfatizó.  

VOLVER A NACER
Sin duda que hay un antes y un después en la vida de María Ester. Todo cambió el 20 de octubre del 2019 cuando sufrió un accidente automovilístico que le quebró la parte derecha de su cuerpo.
“Tras este suceso, no podía hacer las mismas cosas que antes y me volví una persona dependiente de otros. Aprendí a caminar y pasé por todos los procesos, desde no poder sentarme a andar con un burrito y cuando pude dar mis pasos sola, fue un instante de mucho agradecimiento”, señaló.
“Este hecho me permitió valorar lo que tengo y, sobre todo, la salud. Sin ésta, no se puede hacer nada”, aseveró.
Junto a esto, María Ester se dio cuenta de la importancia de los vínculos que ha generado a lo largo de su vida y entender que todo pasa, incluso aquellos momentos de mayor aflicción y tristeza.
“Tengo una segunda oportunidad para ver crecer a mis niños y estoy más consciente de disfrutar los momentos que nos entrega la vida”, expresó.

PREMIO
En el marco de la conmemoración del Día del Comercio, María Ester obtuvo un reconocimiento por parte del municipio y la agrupación gremial Descubre Curicó.
“No me esperaba este premio, el cual constituye un aliciente para seguir trabajando en este emprendimiento”, planteó.

Los comienzos de María Ester fueron preparando pizzas en su casa y, luego de cinco años, está a cargo del área administrativa y culinaria del negocio.