Reciclaje = parece fácil, pero…

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Editorial

La comuna de Talca, a través de su alcalde, Juan Carlos Díaz, dio a conocer esta semana, detalles de una iniciativa que se enmarca en las actividades del programa “Talca Recicla”, que incluye ocho centros Municipales de Reciclaje (siete de ellos ya en funcionamiento); una planta de compostaje –la más grande del país a nivel municipal–, la construcción de un centro de acopio cuyas ganancias irán a los Bomberos talquinos y otras acciones que permitirían a la comuna convertirse en “la capital del reciclaje en Chile”

Es, sin duda, un ambicioso proyecto que, en el papel pudiera parecer fácil, pero que implica un trabajo arduo y complejo.

Es verdad que en Chile, la recolección de residuos es responsabilidad de los municipios, pero no existe ninguna obligación con respecto a la recolección selectiva. Es decir, las municipalidades tienen la responsabilidad de hacerse cargo de la “basura” que se genera en cada comuna, pero no necesariamente del reciclaje.

Actualmente, muchos residuos son acopiados por gestores de reciclaje de base,  quienes recolectan desechos manualmente y venden el material a empresas valorizadoras (formales e informales). 

Según las estadísticas, actualmente son más de 60 mil las familias que dependen del reciclaje en nuestro país y su labor no solo permite su sustento, sino que también el desarrollo de la llamada “economía circular” y el cumplimiento efectivo de la ley.

Sin embargo, si la separación de los reciclables no se realiza correctamente –como por ejemplo, juntando plásticos que no son reciclables con los que sí, o dejando los envases sucios– el costo del manejo de residuos aumenta; los recolectores generan menos ingresos y se dificulta toda la cadena.

Se entiende como pretratamiento a las operaciones físicas previas a la valorización o eliminación, tales como clasificación, desembalaje, corte, trituración, compactación, mezclado, lavado y empaque, con el fin de reducir el volumen de los residuos, facilitar su manipulación o potenciar su valorización.

Muchas veces la clasificación se realiza al momento de la generación del residuo, pero para la gran mayoría de los desechos sólidos municipales, se requiere mucho más esfuerzo. 

En países como Brasil, por ejemplo, luego de la generación de residuos, los materiales secos se llevan por recolección selectiva a una organización de clasificación.

Sin embargo, en Chile, solo existe una planta de separación (manual); es decir, faltan más plantas de clasificación, para que gran parte de los residuos reciclables no termine en la “basura”.