Especialista. Así lo recalcó la docente de la Escuela de Obstetricia y Puericultura de la Universidad de Talca, Gabriela Herrera. Las cifras son contundentes, dos mujeres mueren cada día en Chile por este mal.
TALCA. El cáncer cérvico uterino es una enfermedad crónica que, corresponde a una alteración en las células del cuello uterino, causada principalmente por el Virus del Papiloma Humano (VPH), siendo una de las principales afecciones que sufren las mujeres.
De hecho, las cifras son concluyentes, en Chile dos personas mueren cada día por esta enfermedad.
Es por ello, que la académica de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Talca, Gabriela Herrera, hizo un llamado a la prevención y detección precoz de este cáncer.
“Este es un problema de Salud Pública. El año 2020 hubo 604 mil nuevos casos y 342 mil muertes en todo el mundo asociadas a esta enfermedad, siendo el cuarto cáncer más común en mujeres. Pero lo más importante es que esta enfermedad, al tener un origen infeccioso, se puede prevenir”, explicó la profesora.
En este sentido, precisó que el Ministerio de Salud (Minsal) cuenta con una serie de estrategias, como la incorporación al Programa Nacional de Inmunizaciones de la vacuna para el VPH, dirigida a niñas y niños entre los 9 y 13 años, además de otras múltiples campañas educativas para el fortalecimiento del autocuidado de la población.
De acuerdo a datos de la Organización Panamericana de Salud (OPS), la inoculación contra este virus puede prevenir cerca del 70% de los casos de cáncer cérvico uterino.
A TIEMPO
La académica agregó que, la detección temprana también es un factor positivo para tratar a tiempo la enfermedad.
“El Papanicolau (PAP) ha sido por décadas el principal examen de detección precoz de este cáncer. Su objetivo es la pesquisa en etapas tempranas para lograr tratamientos oportunos”, comentó y expresó la importancia que las mujeres se realicen estos exámenes con frecuencia, considerando que están insertos dentro del Programa Nacional de Pesquisa y Control del Cáncer Cérvico Uterino, que da cobertura a mujeres entre 25 y 64 años.
“A esto se suma la incorporación de un examen de VPH, que detecta material genético del virus, a través de una muestra de fluido cervical, que es dos a tres veces más sensible que el PAP en la pesquisa de lesiones premalignas”, contó la profesora de la Universidad de Talca.
El programa, manifestó Herrera, está dirigido a mujeres de 30 a 64 años, beneficiarias de Fonasa e inscritas en establecimientos de APS y que no cuenten con un PAP vigente en los últimos tres años o que nunca se lo han realizado.
Además de esto, desde el 2003, el cáncer cérvico uterino forma parte de las patologías incluidas en las Garantías Explícitas en Salud (GES), garantizando prestaciones a mujeres con sospecha, diagnóstico o reaparición de la enfermedad.
FACTORES DE RIESGO
La especialista recalcó la importancia de prevenir, y explicó que los principales factores de riesgo de este cáncer incluyen el comienzo temprano de la actividad sexual, parejas múltiples o con comportamientos de alto riesgo, además de poseer antecedentes de otras infecciones de transmisión sexual.
Según datos de la OPS, en 2012, más de 83 mil mujeres fueron diagnosticadas de cáncer cervicouterino y casi 36 mil fallecieron por esta enfermedad en América. El pronóstico de esta organización es que, si se mantienen las tendencias actuales, el número de muertes en nuestro continente aumentará en un 45% para el 2030.