Sería un tanto absurdo pensar que es más fácil perseguir, controlar y encarcelar a los delincuentes que forman parte de lo que suele denominarse como “crimen organizado”, que a los ladrones que actúan en pequeñas bandas o grupos, integrados mayormente por hombres y mujeres jóvenes muy agresivos pero cuyo actuar parece ser algo “improvisado”.
La siempre convulsionada y sobrepoblada capital (en la Región Metropolitana) presenta casi a diario un creciente número de delitos, tanto en viviendas como en la vía pública y, al parecer, varios de estos casos son cometidos por delincuentes que atracan o intentan asaltar a cualquier persona sin importarle si es o no una figura pública e incluso una autoridad, porque simplemente…no lo saben.
Es así como este martes en Santiago, una mujer carabinero –escolta personal de la subsecretaria de Prevención del Delito, Katherine Martorell– frustró una encerrona que sufrió en horas de la noche cuando se desplazaba por una autopista, tras dejar en su domicilio a la autoridad.
De acuerdo a los antecedentes, un vehículo le cerró el paso y bajaron al menos tres individuos con armas de fuego y efectuaron un disparo.
Para enfrentar la situación, la sargento realizó ocho tiros contra los asaltantes, quienes regresaron al móvil y huyeron sin poder ser detenidos.
En diciembre pasado, la ex Miss Universo y conductora chilena de TV, Cecilia Bolocco fue víctima de un violento intento de asalto junto a su hijo Máximo, cuando se dirigía desde el aeropuerto hacia su domicilio cuando cuatro sujetos, con el rostro cubierto, se bajaron de un vehículo y la amenazaron con armas de fuego, realizando al menos dos disparos al aire.
La animadora reaccionó rápidamente y dio marcha atrás para evitar a los asaltantes y escapar del lugar, afortunadamente, sin que hubiera que lamentar heridos.
En febrero del año pasado, dos fiscales del Ministerio Público fueron víctimas de un violento asalto en Iquique, Región de Tarapacá y les robaron una cartera con dos teléfonos celulares y un notebook, todos de propiedad fiscal.
O sea, nadie está a salvo…pero así como puede tocarle a cualquiera, también se registran casos en que ha resultado que las posibles “víctimas” eran policías que actuaron con rapidez y, en defensa propia, han abatido a los ladrones.