Por María José Barroso Esteban
Conversamos con la ministra de Agricultura, María Emilia Undurraga, pocos días antes del cambio de mando, para saber cuál es el balance que la autoridad hace sobre el trabajo en este ministerio, cuáles son los temas pendientes y los desafíos que vive el sector.
La autoridad aseguró que una de las cosas más importantes que dejó el trabajo de los últimos cuatro año es el cambio de mirada, no enfocándose solamente en producir, sino que ampliar la visión a alimentar; incluir el cuidado de los bosques y, en forma muy particular, el desarrollo rural.
“Desde el ministerio, lo primero que fue nuestro avance, es dejar de ser un ministerio sectorial, para ser un ministerio de desarrollo sostenible y eso implica reconocer la importancia que tiene la agricultura y el sector forestal para el desarrollo económico, pero también su impacto social y ambiental”, aseguró la secretaria de Estado, agregando que “esa mirada, que parece un cambio pequeño, finalmente nos permitió avanzar en políticas mucho más integrales, que nos permite no solo en este reconocimiento de la importancia de la agricultura y el sector forestal, en la historia, en la identidad, sino también cómo nos proyectamos desde esta actividad como un motor de desarrollo sustentable a futuro”.
ASOCIATIVIDAD
Y ahí nosotros tuvimos una planificación estratégica con distintos ejes. Estos ejes dejaron de ser únicamente de fomento productivo y pasaron a ser el desarrollo rural, seguridad alimentaria, sustentabilidad. Y es muy importante reconocer al exministro Antonio Walker, que justamente es del Maule, con el eje de la asociatividad: cómo nos hacemos cargo de este desafío, que incluye en contexto de cambio climático que al sector le afecta profundamente, sin dejar atrás el bienestar de las personas del mundo rural, junto a lo que yo creo que es nuestro mayor legado, que es la Política Nacional de Desarrollo Rural (PNDR).
Se realizó una potente inversión en riego, como una manera de enfrentar el cambio climático y la sequía que nos afecta.
“En esto, algo concreto es cómo aumentó el presupuesto en programas de riego; eso es acompañar a la agricultura en la adaptación al cambio climático y permitir, y eso no hay que olvidarlo, que esto no es un apoyo a la agricultura, sino que, a través del apoyo a los agricultores, permitir tener agua para producir los alimentos que se necesita para todas las familias. Ese es el cambio que nosotros tenemos que promover”.
La ministra enfatizó que muchas veces existe la discusión si el agua es para el consumo de las personas o para los agricultores, y asegura que se debe priorizar para las personas, pero también hay que permitir que los agricultores transformen el agua en los alimentos de todos.
Finalmente, es toda una cadena productiva y de desarrollo que también da trabajo a miles de personas.
“Exactamente, por eso es tan importante el cambio de mirada, que el ministerio no solo se enfoque en lo que ocurre dentro del campo, sino que entendamos que nuestra actividad termina en la mesa de las familias de Chile y el mundo. Eso es algo que nos tiene que hacer sentir orgullosos. Esta agricultura entrega alimentos, da trabajo, ustedes lo ven en el Maule, cómo el trabajo de predios agroexportadores ha permitido el desarrollo de pueblos completos, de muchas localidades que se ven beneficiadas por este gran proceso”.
¿Cuáles han sido los grandes avances que el ministerio ha podido plasmar a través de las nuevas políticas y de este cambio de mirada que usted me comenta?
“Lo primero fue hacer operativa la Política de Desarrollo Rural, con el compromiso de 14 ministerios avanzamos en conectividad, en salud y educación rural, temas que se van a hacer más tangibles en los años que vienen, pero ya tenemos un camino donde acordar distintas medidas y esta mejora en sectores en el mundo rural”.
“Lo segundo es destacar el aporte que ha existido en temas de agua. Maule ha sido una de las regiones con mayor inversión en agua, tanto en la Comisión Nacional de Riego como a través del Indap. Eso es una herramienta muy concreta”.
De hecho, en el Maule, durante los últimos cuatro años se realizó una inversión de 117 mil millones con recursos CNR, Indap y Gobierno Regional del Maule.
¿Qué quedó pendiente? ¿Qué faltó por materializar en la región?
“Así como en el Maule y otras regiones, tenemos muchos desafíos pendientes. Aún tenemos muchas brechas entre el mundo urbano y el mundo rural y tenemos que avanzar en eso. Tenemos este marco de la Política Nacional de Desarrollo Rural, que nos va a permitir avanzar con distintos ministerios, pero ahora tenemos que acortar las brechas en educación, acceso a salud, en distintas líneas en ese sentido. Y te diría que sectorialmente, tenemos que actualizar la ley de riego, ese es uno de los desafíos… se hizo una prórroga de la ley de riego, este año vamos a tener que discutir en el Congreso dos grandes leyes que son importantes para el sector: la Ley de Suelos y la Ley de la Comisión Nacional de Riego”.
“También hay otro tema que está pendiente en el Maule y en todo el país, que es el ordenamiento territorial y las parcelaciones. Vemos como han proliferado las parcelaciones y nuevamente vuelvo a la PNDR, que tiene consejos público privados, que pueden ser un muy buen desafío para que en una instancia más transversal con el mundo púbico, privado, la sociedad civil se puedan presentar alternativas para poder enfrentar este desafío que acompaña a muchas regiones, que no solo es proteger el suelo para producir alimentos, sino también su impacto en las comunas rurales y su impacto medioambiental, por la fragmentación de ecosistema que eso significa”.
Con la entrada del nuevo Gobierno, ¿Hay desafíos que le preocupa que no se puedan lograr?
“Más que preocupada, estoy ocupada. Una sigue conectada a esto, son desafíos que trascienden al Gobierno. Antes de ser ministra, trabajé en Odepa y ahí teníamos unas mesas publico privadas, generamos una mesa con los decanos de las distintas facultades, una mesa con los exministros de Agricultura, un programa que se llama Santiago no es Chile, donde nos reuníamos con todas las fundaciones y la sociedad civil relacionadas con el mundo rural. Y ahí vemos cómo esta función tan importante que es promover el bienestar de la población rural es compartida no solo con el mundo público sectorial, sino que con un gran impacto e importancia con los gobiernos rurales. Los alcaldes rurales son protagonistas del desarrollo en sus comunas y por eso te digo que más que preocuparme uno se ocupa; ya hemos tenido distintas aproximaciones con actores y yo voy a seguir conectada con esto, que es la pasión de mi vida, que me tocó aportar desde la universidad, del desarrollo de proyectos locales y hoy como ministra”.
¿Tiene alguna preocupación por el trabajo que realiza la Convención Constitucional respecto a la Agricultura?
“A mí me preocupa la visión urbana que muchas veces se toma la Convención. Cuando uno escucha el debate, o diálogos, uno ve una visión urbana para resolver problemas rurales y eso me preocupa. Confío que el diálogo real con una escucha activa nos permita darnos cuenta que las situaciones van cambiando según las localidades. La diversidad que tiene Chile en sus regiones, en las distintas ruralidades, lo que pasa en el norte, centro y sur; eso es parte de lo que hemos trabajado todo este tiempo. El gran desafío en la Convención es que lo que ha sido parte de la identidad, las tradiciones, la cultura continúen siendo una posibilidad de futuro. Se tiene que abandonar esta visión urbana de resolver problemáticas como el agua, la descentralización, acceso a los servicios básicos y la libertad de tener distintos proyectos de vida”.
¿Qué consejo le da al próximo ministro de Agricultura?
“Que la colaboración y el trabajo con los distintos actores sea la base para el desarrollo rural. Continuar con esta nueva mirada que ve de forma más amplia el aporte de la agricultura al bienestar social y ambiental es fundamental para avanzar en reconocer el aporte de lo rural como en proyectar el sector para el futuro. Seguir trabajando con todos y todas para un Chile para todos y todas; muchas veces está la tentación de separarnos en bandos y esas divisiones, solo postergan las respuestas que tenemos que darle a aquellos que son más vulnerables en los territorios”.