María de la Luz Flores: Salud y belleza desde el interior

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María de la Luz Flores, Grisell Saldías, Camila Menzel y María Francisca Araya, componen el equipo de Luz.

POR MARÍA JOSÉ BARROSO ESTEBAN
Y PAULINA VILLAR ÁVILA

En un mundo donde la apariencia muchas veces pesa más que lo que una persona es desde el interior, es importante destacar a mujeres que trabajan para que sus pacientes se sientan bien y estén saludables desde el interior, y también hacia el exterior.

Y eso es en lo que ha estado trabajando María de la Luz Flores los últimos años, junto a un equipo de profesionales en la Clínica Flor de Luz.

Conversando con María de la Luz, me cuenta que desde el colegio, le apasionaba pensar que en el futuro podía trabajar en el área de la estética y, de hecho, su sueño era estudiar medicina para luego especializarse y convertirse en cirujano plástico.

“Lamentablemente, la vida no me llevó por ese lado, así que estudié enfermería y cuando terminé la carrera empecé a aprender de estética como enfermera. Y ahí me empecé a meter en el mundo de la medicina estética y me enamoré de todo lo que hago. Partí muy de a poquito, primero trabajando entre el hospital y atendiendo a pacientes privados de vez en cuando. Luego, de a poco, fueron aumentando, hasta que pude terminar mi trabajo en el Hospital y dedicarme a tiempo completo a la estética”.

Y efectivamente, María de la Luz fue poco a poco, primero trabajando en un centro médico, donde arrendaba un box: “Ese era mi espacio. Y después me ofrecieron venir acá (Strip Center Los Boldos), donde también estaba en un centro médico, pero tenía más opciones para ir creciendo, donde después tuve otro box, contraté a otra persona y así fuimos creciendo con más profesionales, hasta que se me dio la oportunidad de construir esta parte de la clínica a mi gusto, con los detalles que siempre quise, un lugar ameno, acogedor. Y así partió Flor de Luz”.

PARECÍA IMPOSIBLE

Luego de ocho años de mucho trabajo, dedicación y siempre perfeccionándose, Maru, como le dicen, reflexiona respecto del tiempo que ha pasado y lo que ha conseguido junto a otras mujeres que inspiran.

“La verdad es que lo veía como algo imposible. Como te decía, este era mi hobby… partí trabajando como enfermera en el Hospital de Curicó y veía a mis pacientes de estética en mis tiempos libre. Obviamente, soñaba con tener un espacio propio y lograr esto, pero nunca pensé que sería realidad. Era un sueño muy, muy lejano. Ahora que lo veo y que son ocho años, me siento muy orgullosa, muy feliz. Veo el equipo que tenemos y me gusta venir a trabajar todos los días, me gusta lo que logramos como equipo, como se sienten los pacientes cuando vienen a la clínica y estamos tratando de transmitir esa energía con la que llegamos todos los días.

¿Cuáles han sido los mayores desafíos en estos años?

“El período de pandemia fue muy difícil, porque tuvimos que cerrar por un tiempo y dejar de atender. Entre otras cosas, también hay una parte difícil en la atención de los pacientes, hacer feliz a las personas con sus inseguridades a veces es complejo, es algo que no solo arriesgas tu trabajo, sino que es algo que las afecta en su vida diaria, así que lograr que se sientan bien y se vayan felices es una tremenda alegría para nosotras. También estamos muy expuestas en las redes sociales, la competencia que a veces es desleal y tratan de tirarte para abajo, sobre todo en la medicina estética, donde las enfermeras no están bien vistas… entonces a veces los médicos y los dentistas tratan de menospreciar la carrera… ese es uno de los grandes desafíos”.

Y a veces es un poco injusto, porque tú has estudiando mucho, te has ido perfeccionando en todos estos años.

“Cuando partí, sentía que estaba más atrasada que los médicos, por ejemplo, porque ellos tienen más estudios en anatomía y otras cosas que en la carrera de Enfermería no nos pasan tan en profundidad. Por eso siempre sentí que tenía que aprender mucho más. Entonces me esforzaba; si iba a un curso, era la primera que llegaba, estudiando antes de ir al curso para poder cumplir. Y así empecé a buscar más especializaciones, no solo en Chile, sino que afuera también… fui a Barcelona, a Cartagena de Indias, Brasil; he tenido profesoras de Argentina, Colombia, de muchos países, para complementar mis conocimientos al máximo y destacarme dentro de los que me gusta hacer”.

Entonces cuéntanos que hacen acá

“Hay desde tratamientos netamente estéticos, como bótox, ácido hialurónico, hasta cosas que son muy de salud, nutrición, administración de vitaminas, terapias kinesiológicas, terapias médicas. Tenemos un staff bastante completo en la Clínica, que de verdad para las mujeres es muy completo, también trabajamos con una matrona”.

EQUIPO

Maru nos cuenta quiénes componen el equipo de la Clínica Flor de Luz, comenzando por Grisell Saldías, nutricionista, quien además se ha especializado en el área de las vitaminas. “Ella hace un test para evaluar el nivel de vitaminas en las personas y en base a eso aconseja a los pacientes sobre los suplementos que tiene que tomar, o si necesitan algún tratamiento endovenoso para complementar. También está Camila Menzel, odontóloga que trabaja con nosotros, quien además realiza tratamientos estéticos como los que hago yo. El equipo también está compuesto por María Francisca Araya, kinesióloga, enfocada en los tratamientos corporales y aparatología, con tratamientos de HIFU, disminución de grasa, celulitis, tensión de la piel y también se está enfocando bastante en un tratamiento que es muy nuevo y que es difícil de encontrar, que son los tratamientos para el lipedema; ella está haciendo una especialización y es de las pocas profesionales en Chile que tiene esas capacitaciones”.

“Tenemos también a Bárbara Troncoso, matrona; y ella realiza consultas obstétricas, con toma de PAP, inserta dispositivos intrauterinos y todo lo de su área. Y está Fabiola Osorio, ella es médico y se encarga de realizar consultas generales y también de salud mental”.

María de la Luz asegura que la idea es siempre trabajar en conjunto, como un equipo multidisciplinario. “Siento que el equipo que hemos ido formando con los años es ideal, porque están todas motivadas, todas unidas en pro del mismo objetivo, trabajamos todas en la misma línea para ayudar a nuestros pacientes. Nos motivamos entre todas, nos comunicamos super bien para hacer un buen trabajo y que las personas reciban la mejor atención”.

¿Qué caso te ha marcado, alguna paciente que recuerdes que cambió su vida por algún tratamiento?

“Eso me pasa mucho, pero una de las que más me marcó fue una paciente que atendí hace poco. Ella es una persona mayor, que nunca se había hecho nada y vino porque su hija le regaló un tratamiento, de bótox. Lo hicimos y noté que además su piel estaba muy irritada producto de la rosácea, entonces le ofrecí si quería hacerse otro tratamiento para hidratar la piel y mejorar la apariencia de la rosácea… Lo hizo, pero sin mayores expectativas. Y cuando ella vino al control, me abrazó, se puso a llorar y me dijo que jamás había sentido su piel así y que nunca la había visto tan bonita… ya no le ardía la piel, no le molestaba. Estaba fascinada. Esas son el tipo de historias que cambian vidas. Son personas que han vivido siempre con estos problemas y no saben que hay tratamientos para lo que están pasando”.

Para muchas personas, los tratamientos estéticos pueden ser por vanidad, para disimular el paso del tiempo en el rostro, para borrar marcas de la piel, eliminar grasa o celulitis; pero en muchos casos, uno de estos tratamientos le puede cambiar la vida a una persona, mejorar su autoestima y sanar cicatrices que llevan en el corazón

La Clínica Flor de Luz está cumpliendo ocho años, un aniversario que marca una historia ligada a la salud, al bienestar, a entregar una atención integral a los pacientes, hombres y mujeres, que necesitan la ayuda de este equipo de profesionales.

“Atrévanse, den el paso, los tratamientos y la tecnología existe. Nosotras trabajamos de manera profesional, de forma delicada con la piel. No tengan miedo, porque acá vamos a escuchar lo que ustedes quieren, para que se sientan cómodos con lo que se quieren hacer”, dice al terminar María de la Luz Flores.