Marcó una huella imborrable en el Club Juvenil Seminario. Ya luego cumple los 70 años y sigue jugando.
POR HÉCTOR ORELLANA ABACA
TALCA. Recordar es vivir. Una frase que parece muy rebuscada, pero que, sin embargo, calza de manera perfecta con esos personajes, que semana a semana traemos a esta tribuna del recuerdo en diario La Prensa.
A sus 69 años camina por las calles de Talca, recibiendo el saludo cordial y sincero de quienes lo conocen y lo admiran por su gran calidad humana y habilidades futbolísticas que lo han convertido en un ídolo del fútbol amateur, pero que también supo de incursiones en el fútbol profesional.
Hoy está con nosotros Juan “Dumbito” Núñez, deportista que marcó una huella imborrable en el Club Juvenil Seminario en el cual jugó toda la vida, con un apego y un amor entrañable a la institución, de la cual su abuelo es uno de sus fundadores y por la cual ha transitado toda su familia, haciendo gala de una pasión por el fútbol que desborda los sentimientos.
DUMBO
Ríe cuando le preguntamos por qué le apodan de esa manera. “La verdad es que crecí con el ese apelativo. No es por el fútbol. Debe haber sido algún tío que me bautizó así y en realidad ya es simpático. Lo siento cercano y cariñoso”, dice.
Haciendo un símil con Roberto Carlos, nuestro “Dumbito” igual tiene un millón de amigos que lo han aplaudido en las vueltas olímpicas de sus más de 25 títulos obtenidos en su exitosa trayectoria, especialmente en Seminario, donde jugó, ganó y fue campeón en todas las series.
Fue muchas veces elegido el mejor jugador del Fútbol Amateur, por las respectivas asociaciones y también por los árbitros, que en su tiempo entregaban el reconocimiento a la corrección deportiva, lo que habla de una integridad única dentro y fuera de la cancha.
PROFESIONALISMO
Siempre fue un jugador brillante en el mediocampo, un creador con clase y estilo. Sabía dónde colocarla para la irrupción de los delanteros que se llenaron de éxito por sus goles, que partían por la genialidad del inolvidable “Dumbito”.
Fue seleccionado juvenil de Talca, que enfrentó a San Javier. Talca, quedó eliminado y los del Loncomilla llaman a Juan Núñez, para reforzar a su selección en el Nacional en Chillán en 1974. También fueron convocados Hugo Rubio y Eduardo Fournier.
Terminada esa experiencia y figurando en el equipo ideal junto a Fournier y Gabriel Salinas, son incorporados al plantel profesional de Aviación para la temporada 1975. “La verdad es que no me acostumbré mucho. Eran tiempos complicados y mi decisión fue no seguir en la capital. Una temporada es más que suficiente”, señala.
Su llegada a Rangers se produce a la temporada siguiente, cuando es llamado por Adolfo Rodríguez el recordado DT y se incorpora al plantel profesional. “Me sentía cómodo, estaba prácticamente al frente de mi casa, tenía que atravesar la Alameda para ir a entrenar y jugar”, manifiesta.
La temporada 1977 también jugaría por Rangers, cuando decide dejar la institución por algunas situaciones de carácter internas, que no fueron de su agrado. “Luego de ello fui a Independiente de Cauquenes, allí estaba Eugenio Jara. Estuve dos semanas practicando y cuando fui a conversar con la directiva no logramos acuerdo en materia económica y finalmente, desistí de seguir jugando profesionalmente y volver a jugar por Seminario, que era lo más importante”, dice.
Mi papá fue un apoyo importante, ya que entré a trabajar al Banco Talca, donde estuve muchos años y paralelamente seguía desarrollando mi actividad ligada al fútbol.
DESENCANTO
Hoy existe una pena profunda en el “Dumbito”, una persona que se siente querida y admirada en todas partes, pero no así en su club, con el cual lo ganó todo y que más aún es parte de la familia que fundó la institución. “Seminario hoy está empobrecido institucional y deportivamente. Han llegado dirigentes muy jóvenes, que tienen sus grupitos y que no conocen o bien desconocen la historia. De los antiguos, de quienes hicieron la historia para escribir el presente, no se acuerdan. Es un club sin identidad. No es el mismo de antes donde todos tirábamos para el mismo lado. Hoy ya no voy a los partidos de Seminario. Más aún hoy se les paga a los jugadores, cosa que nunca ocurrió en nuestros tiempos, cuando se jugaba por amor a la camiseta y al club”, recalca.
Es agradecido de la vida. Ya luego cumple los 70 años y sigue jugando. Participa en la Liga de los exjugadores profesionales por Rangers, en el grupo que integran General Velásquez, Curicó Unido y O’Higgins. “Imagínese lo que representa para mi jugar al lado de históricos exjugadores de Rangers y ser dirigidos por el gran capitán Pablo Prieto. Me siento muy bien”, subraya.
COMPAÑERA
Igualmente se emociona al evocar la figura de su esposa María Angélica, la cual lo ha acompañado toda la vida. “Ella me conoció así y nunca me ha puesto una dificultad, es mi compañera de ruta. Soy feliz con mi única hija Pamela y mi nieta Martina de 17 años que también juega al fútbol”, agrega.
La vida es tranquila para el “Dumbo” Núñez, a quien nunca los halagos mermaron su humildad y con la natural experiencia legítimamente gana se permite transmitir, especialmente a los jóvenes el mensaje de poner amor en lo que hacen, no rendirse nunca, a alcanzar los sueños y a proponerse metas para escalar al estrado del éxito donde pueden ser muchos los llamados, pero pocos los elegidos.