POR HÉCTOR ORELLANA ABACA
Era la tarde del domingo 3 de noviembre de 1983, cuando los medios de comunicación difundían profusamente la gran noticia deportiva del momento. Curicó se desbordaba a las calles para celebrar el gran acontecimiento. Todo era jolgorio y alegría. El pedalero curicano Roberto Muñoz, se transformaba en el primer compatriota en ganar la Vuelta a Chile.
A más de 41 años de esa gloriosa hazaña, en esta tribuna de diario La Prensa, traemos a la memoria viva al gran Roberto Muñoz Figueroa, protagonista de páginas memorables en el ciclismo chileno, y que forman parte de nuestra rica historia deportiva.
“La Vuelta de Chile de 1983 fue, sin duda, una de las más importantes. No solo por lo que significó para mí, sino para todo el equipo. Sabíamos que teníamos una gran responsabilidad y lo enfrentamos juntos, cada uno cumpliendo su rol. Pero también hubo otras competencias muy valiosas, como los Juegos Panamericanos de Puerto Rico y las carreras en Europa, donde como grupo también logramos resultados que nos marcaron”.
MÉRITO
“Ganar alguna etapa de la vuelta, ya era un mérito por la calidad de las escuadras que llegaban a la competencia y que eran muy poderosas, como era el caso de: Alemania, Bélgica y Colombia. El plan fue ir poniéndonos metas, ya que contábamos con los medios y un team de categoría y calidad como el de Pilsener Cristal, para pelear entre los mejores. Cualquiera de nosotros podría haber ganado, sin embargo, me tocó a mí, ya que se trabajó para que yo fuera el vencedor”, señala Roberto.
Cómo no recordar a los integrantes del team Pilsener Cristal, como: Sergio Aliste, Gustavo Carvacho y José Avendaño, entre otros, que marcaron una huella en el deporte del pedal.
Hoy con la bella historia escrita, Roberto resume lo que fue el ciclismo en su vida.
“En su momento, lo fue todo. Fue una etapa muy importante, con experiencias gratificantes y también momentos duros. El ciclismo fue mi ruta, me permitió desarrollarme como deportista profesional, trabajar y sostenerme. Fue mi oficio durante muchos años. Hoy, aunque ya no de forma profesional, todavía me doy el gusto de salir a entrenar de vez en cuando”.
Roberto fue de aquellos deportistas que no se nublaron con el éxito, ya que era, de carácter sobrio, reservado y sensible por temperamento. Reacio a los medios de comunicación, no por vanidad, sino que por una convicción y estilo de vida que aún mantiene.
GENERACIÓN DORADA
Sin duda, Roberto Muñoz, fue parte de una generación dorada del ciclismo chileno, la que recuerda con mucho cariño. “Fue una etapa de alto nivel. Tuvimos la oportunidad de competir y ganar porque había condiciones, trabajo serio y compromiso. El equipo funcionaba bien, y eso fue clave. El ciclismo no es un deporte individual, los logros se dan cuando hay respaldo y buen trabajo en conjunto”.
Con tristeza expresa que lamentablemente Curicó, ya no sigue siendo la capital del ciclismo chileno, como ocurrió en su momento por la calidad de los deportistas y el apoyo que se entregaba a la actividad. “Hoy ya no lo es. Antes había más apoyo, mejor infraestructura y un entorno favorable para entrenar. Ahora faltan condiciones básicas, incluso rutas seguras. También se ha perdido lo que en nuestra época era clave e importante, ya que había dirigentes que apoyaban el deporte y se preocupaban que nosotros tuviéramos buenas condiciones para lograr el nivel que tuvimos. Hoy en día sin todo eso, se vuelve más difícil volver a lo que sí se logró en aquella época”.
A diferencia de otros deportistas, Roberto sí fue reconocido en su natal Curicó, lo que agradece y valora. “Sí, hubo reconocimientos. En Curicó fui nombrado Hijo Ilustre. Lo valoro, sobre todo porque fue algo que también pudo compartir mi familia”.
EL PRESENTE
Un grande como Roberto, no olvida sus orígenes en el ciclismo. Su historia se comienza a escribir entrenando y reventando forros en caminos de tierra, en condiciones hostiles y adversas, donde aplicó la máxima que debiera cruzar las convicciones de quienes en forma legítima aspiran a alcanzar las estrellas, como son la perseverancia y la tenacidad.
“Durante un tiempo trabajé como técnico, formando ciclistas. Pero por temas laborales y económicos, opté por otros caminos. Hoy la bicicleta está presente desde lo recreativo, y cuando puedo salgo a rodar. Ya no es parte de mi trabajo, pero sigue siendo parte de mi vida”.