Opinión. La magra racha albirroja este 2023 no solo recae en el plantel profesional, sino que también en las series juveniles y en la administración institucional. Los números no acompañan en un año para el olvido.
Por Rodrigo Orellana Salazar, periodista
CURICÓ. El 2023 ha sido para el olvido en Curicó Unido: descendió a la Primera B el plantel profesional e igualmente las ramas juveniles han dicho adiós al torneo ANFP debiendo ahora en 2024 disputar el campeonato regional. La alta competencia para Curicó Unido ha quedado en el pasado, iniciándose un proceso de reestructuración donde la institución deberá reacomodarse a una nueva realidad deportiva y financiera, quedando atrás el año reciente donde de clasificar y jugar Copa Libertadores, el club ha pasado a descender de división para volver a ser parte de la Primera B, con un considerable ajuste a los dineros que se reciben mes a mes por parte de la ANFP.
MÁS MALAS QUE BUENAS
Año 2023 del cincuentenario del club y que será recordado como el año del descenso de categoría. Paralelamente, será también la temporada de la convulsionada salida de Damián Muñoz, de la eliminación de Copa Chile a manos de Deportes Rengo, del año en que varios socios pidieron la salida del gerente técnico y la directiva, de meses sin fútbol para la rama femenina, de jugadores que se ofrecen a otros clubes señalando que su teléfono está ‘prendido’. Será el año donde futbolistas encararon a técnicos, de asambleas candentes y masivas, de ser castigados por la ANFP por el mal comportamiento de los hinchas, de una de las rachas negativas sin triunfo más largas en las décadas recientes, de un magro desempeño jugando en casa, de cuestionamientos a la ticketera a cargo de la venta de entradas de propiedad del mismo presidente del club y de un descenso inminente que se prolongó por varias fechas hasta concretarse la noche del 26 de noviembre pasado. 2023 para el olvido en Curicó Unido donde la vieja escuela de dirigentes se ha vuelto a reunir planificando su posible nuevo arribo al club, los ahorros de años recientes por la negociación televisiva parecen haberse gastado y otra parte se ha invertido en la compra de un terreno en el mismo sector de Santa Cristina, mientras se inició el proceso de contratación a futbolistas de la rama femenina y se abren cientos de interrogantes respecto al futbol laboral de muchos en la institución.
LOS PEORES
Aunque cueste, los curicanos deben asumir su realidad estadística esta temporada, que a la fecha y a falta de dos jornadas para el final, tiene a los albirrojos en el fondo de la tabla con 23 puntos de 84 posibles en los 28 partidos jugados, con un 27% de rendimiento, siendo el equipo que menos ha ganado en el torneo con seis victorias, el equipo que más ha perdido con 16 derrotas, el segundo equipo que menos goles marca con 30 (un por partido) y por lejos el que más goles en contra registra con 53 (casi dos por partido). Cifras negativas de un Curicó Unido que tiene dos fechas para mejorar estos números, aunque el descenso a la Primera B ya está cerrado y los albirrojos tendrán que archivar en su registro histórico esta temporada casi plenamente para el olvido.