Recintos. Contemplan una inversión que supera los 80 millones de pesos y tendrán una duración, de al menos 120 días desde su apertura.
TALCA. En el marco del Plan Invierno Nacional del Ministerio de Desarrollo Social y Familia, el seremi de dicha cartera, Manuel Yáñez, visitó los dos albergues habilitados en esta ciudad, para asegurar la normativa técnica de calidad que se exige, pensada en las personas en situación de calle que los requieran.
A propósito de la inusual nevazón que la noche del miércoles reciente afectó a gran parte de la región y en Talca en particular, y conforme a las gestiones del propio Yáñez e instrucciones ministeriales, se realizó la apertura de dos albergues para personas en situación de calle y de esa forma resguardar vidas ante la contingencia del clima.
Los dispositivos se encuentran ubicados en pleno centro de la ciudad de Talca y disponen de 40 cupos. Contemplan una inversión que supera los 80 millones de pesos y tendrán una duración, de al menos 120 días desde su apertura. Por seguridad de los usuarios y profesionales que trabajan en el lugar, se optó por no revelar la ubicación exacta de estos dispositivos de albergue.
En ese contexto, el seremi de Desarrollo Social y Familia, Manuel Yáñez, luego de visitar los dispositivos ejecutados por la ONG Alta Tierra en la comuna de Talca, señaló que “estos cupos albergue para personas en situación de calle de Talca ponen en el centro la dignidad de las personas, pues contemplan funcionamiento 24/7, espacios cerrados y calefaccionados, tres raciones diarias de alimentación, apoyo social y médico, cumpliendo el estándar de calidad del Ministerio de Desarrollo Social y Familia”.
EQUIPAMIENTO
Por su parte, la coordinadora del albergue “Alta Tierra”, Karina González, describió la norma técnica del lugar. “Tenemos 20 camarotes para 40 personas, hay siete baños disponibles, está la cocina, el lavadero, contamos también con 10 lavaderos, dos TENS, dos auxiliares de aseo en la semana y dos el fin de semana”.
Añadió, acerca de la convivencia, que “la idea es que la gente no llegue solamente a dormir, sino que encuentre en el equipo de trabajo, alguien con quien puedan contar”.
Finalmente, uno de los usuarios del albergue, Richard Latorre Díaz, de 56 años, contó su experiencia en el albergue, contando que “la calidad de las personas, el trato bien digno, a mí me impactó. Muy buenas personas con mucha vocación hacia el servicio, hacia la situación en la que nosotros estamos”.