El director del Museo O’Higginiano y de Bellas Artes, Alejandro Morales, impulsó esta actividad “porque no hay mejor manera, que mostrar y que contar la historia desde el mismo personaje que la vivió”.
POR MARÍA FRANCISCA GARCÍA BASCUÑÁN / FOTOS DE CARLOS ALARCÓN DUARTE
TALCA. El gobernador José Antonio Manso de Velasco llegó a la capital maulina por intermedio de “una máquina del tiempo” que convirtió al gestor cultural de Linares Fernando Valle Leal para participar en la conmemoración 283 de la fundación de la ciudad. En el reconocido Museo O’Higginiano y de Bellas Artes se realizó una actividad en donde participaron estudiantes de la carrera de Turismo del Instituto Profesional AIEP.
Alejandro Morales, director del Museo Regional de Bellas Artes de Talca, informó que el gobernador Manso de Velasco, fue el que logró fundar definitivamente la naciente Villa San Agustín de Talca. “La idea es que a través de una máquina del tiempo, este personaje de la historia chilena y de la historia de la fundación de muchas ciudades en Chile, como Rancagua, San Fernando, Curicó, Talca y Cauquenes, de alguna manera nos cuente en primera persona qué significó fundar esta capital regional y los esfuerzos que tuvo que hacer él para comprometer a los vecinos a aglomerarse en un lugar en torno al Estero Piduco y al río Claro, que no fue una tarea tan fácil”.
“Él tuvo que entregar algunas atribuciones a los vecinos y algunas garantías para que salieran de sus haciendas y se instalaran en un núcleo urbano futuro que les permitiera tener más seguridad, más relación comercial y más sociabilidad con la población local”, manifestó Morales.
LA MIRADA DEL GOBERNADOR
En la recreación, el gobernador Manso de Velasco -interpretado por Fernando Valle- recalcó que fue difícil lograr el primer asentamiento. “Se hizo un esfuerzo sobrehumano diría yo, de convencer a la población de instalarse finalmente acá. Uno de los problemas más grandes que tuvimos fue el tema de que los vecinos no querían instalarse, porque de hecho se fundó finalmente el 12 de mayo de 1742. Y al año siguiente, yo volví acá y resulta que no estaba tan bien la cosa y habían efectivamente algunas casas precarias, algunas construcciones, pero de la gente menos acomodada. La gente que tenía un buen pasar, hacendados, no quisieron venirse”, señaló.
Además, explicó los motivos que dificultaron este poblamiento. “Primero, porque en realidad consideraban, va a sonar un poco feo, que la gentuza no más se había instalado. Y punto dos, que no tenían ningún beneficio para ellos venirse para acá en realidad. Por lo tanto, llegaron a un acuerdo conmigo tras tener algunas ventajas y la principal era no tener servicio militar, me explico, no partir al sur a las campañas contra los mapuches y algunos beneficios de corte económico, que tuvieran relación con algunos impuestos, para que fuera un poco agradable vivir aquí”, dijo.