Local ubicado en calle Carrera. Dicho espacio puede transformarse en la “oficina perfecta”, donde fluyan esas esquivas ideas junto a un buen café. O bien una opción para familias que acuden en horario vespertino, precisamente a la hora del té.
CURICÓ. Tras arribar a Chile y en específico a la ciudad de Curicó, la ecuatoriana Consuelo Gordillo Larreta sufrió en carne propia, la ausencia de cafeterías a la altura de sus expectativas. En ciertos horarios, no había nada abierto. “Para mí eso fue algo terrible y me hizo pensar en poder instalar algo”, nos cuenta de entrada. Al poco tiempo de la apertura oficial de La Cafetera, ubicada en calle Carrera #570, nuestro país enfrentó, primero el estallido social y luego la pandemia del Covid-19. En tal escenario, Consuelo nos cuenta que optó por seguir con La Cafetera, pero potenciando el delivery (alternativa que al día de hoy sigue vigente). “Me ayudó muchísimo para que esto agarrara fuerza y que la gente pudiera conocer La Cafetera. Quise seguir, porque si cortaba el hilo, no era lo mismo que tener que abrir nuevamente”, subraya.
CARACTERÍSTICAS
Los viajes que Consuelo Gordillo ha llevado a cabo por el mundo, sumado a una estadía en Nueva York, le permitieron ir convenciéndose de las características que, a su juicio, debe tener una buena cafetería, con un servicio y menú de calidad. “Confío mucho en mi sello. Lo que yo busco es fidelizar a mi clientela, ofreciendo un buen servicio”, indica. La Cafetera, nos recalca su propietaria, se adapta a las necesidades de cada cliente. Puede transformarse en la “oficina perfecta”, donde fluyan esas esquivas ideas junto a un buen café; para la hora de almuerzo, con variedades de ensaladas y supremas de pollo; o bien una opción para esas familias que acuden en horario vespertino, precisamente a la hora del té. A diferencia de otros espacios presentes en la ciudad, otra alternativa es la posibilidad de, por ejemplo, escoger una copa de vino con una pizza, un sándwich o alguna tabla. Todo se elabora en el propio local. “Aquí hay mucho más para picar, más que platos, porque para platos tenemos las pastas, sorrentinos o el risotto, que son platos muy puntuales”, nos apunta Gordillo.
SIN TEMOR
Con La Cafetera cumpliendo ya cinco años de vida, Gordillo recalca no tenerle temor a la oferta que existe en el rubro en el que se desempeña, por ejemplo, en el mismo sector donde está enclavado su local, recalcando que, por el contrario, sirve para “mejorar y estar atentos”. En definitiva, los que ganan son los potenciales clientes. “La competencia es muy buena para todos. No hay ningún negocio que no tenga una competencia al frente, al lado o cerca. Eso ayuda muchísimo para mejorar”, subraya. Un ejemplo es lo que sucede por estos días cuando una “familia promedio” acude al local: casi siempre hay alguien que optará por alimentos sin gluten o veganos. Por lo mismo, tales alternativas están presentes en el respectivo menú. En el actual contexto, La Cafetera atiende de lunes a sábado de 7:30 a 23:30 horas, con un grupo de 11 trabajadores que se van rotando. “Es un horario súper extenso, siendo una cafetería restaurant bistró, pero eso es lo que justamente quise lograr, trabajar en esos horarios en que no existían opciones, porque la gente necesita disponer un lugar en la tarde o en la noche con estas características”, recalca su propietaria.
MÚSICA EN VIVO
En el contexto de poder seguir innovando y ofreciendo más alternativas a sus potenciales clientes, todos los jueves la música en vivo tiene un espacio ganado en La Cafetera, lo que ha generado reacciones sobre todo de agradecimiento. Entre quienes se presentan de manera habitual se encuentran el saxofonista Alexis Quiroz y los cantantes Elizabeth Moya y Gabriel Herrera. Otra de las alternativas que también ha tomado fuerza es la realización de eventos particulares o reuniones de empresas en el segundo nivel de La Cafetera.
SUEÑOS
Dicen que soñar no cuesta nada, por lo mismo entre los planes que tiene Consuelo Gordillo, está la posibilidad de abrir otro local en Curicó, en otra ciudad, ya sea del Maule o de la vecina Región de O’Higgins, y el más grande de todos: una cafetería en la Calle 84 en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos.