Si bien es cierto este frente de mal tiempo que comenzó en horas del pasado jueves, estaba anunciado profusamente en casi todos los medios de comunicación, al parecer fueron muy pocos los que dimensionaron, en toda su magnitud, los dramáticos efectos que el temporal iba a tener en una vasta zona del centro sur del país
Los expertos en climatología afirman que desde la década del 50 no hay registros oficiales de estos eventos que se forman en los océanos y son largas bandas de nubes, pero rara vez habían superado los 10 milímetros y ahora la cantidad de lluvias ha derivado en escenarios alarmantes y con daños que han afectado a miles de personas, especialmente en los sectores de precordillera y cordillera.
Los intensos calores registrados en las semanas previas habían dejado los terrenos “sueltos” y las inusuales precipitaciones provocaron deslizamientos y derrumbes, con cientos de damnificados muchos de los cuales debieron ser evacuados.
Entre O’Higgins y el Biobío llovía torrencialmente desde el jueves, lo que actualizó las respectivas alertas preventivas.
“Este es un río atmosférico que para la época, no es habitual”, había dicho el climatólogo Raúl Valenzuela, investigador del Centro de Clima y Resiliencia de la Universidad de Chile, quien agregó que: “Viene acompañado de una cantidad de agua que también es relativamente anormal, acompañado de tormentas eléctricas y gran riesgo de aluviones.
Por lo que se ha visto, frente a ese aspecto propio del inesperado fenómeno no era mucho lo que se podía hacer o prevenir…pero hay cosas que sí se pudieron prever y que ahora se lamentan, con miles de personas reclamando porque -por ejemplo- fueron innumerables los hogares que, por casi largos tres días, vieron interrumpido el suministro de energía eléctrica.
Por una cuestión de costumbre, mucha gente dice que “se cortó la luz”, pero ése es solo un
aspecto de la suspensión del servicio ya que hay personas enfermas que precisan de la energía eléctrica, para echar a andar los aparatos que le son imprescindibles en sus tratamientos.
Además, hubo familias que perdieron buena parte de los alimentos que tenían en sus refrigeradores y así, suma y sigue…
Es comprensible que no se pueda evitar un deslizamiento de tierra por las intensas lluvias, pero hubo situaciones que eran perfectamente previsibles.