En las cercanías de Los Quillayes y Villa Prat. Corresponde, en específico, al proyecto denominado como “El Charco”, el mismo que el año pasado recibió un revés al ser rechazado por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA).
SAGRADA FAMILIA. El concejal Guillermo Morales dio cuenta del trabajo que se sigue ejecutando a fin de evitar, de manera definitiva, la instalación, en la comuna de Sagrada Familia, de una chanchera. Corresponde, en específico, al proyecto denominado como “El Charco”, el mismo que el año pasado recibió un revés al ser rechazado por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA).
Se trata, recordemos, de una iniciativa impulsada por la Sociedad Agrícola y Comercial El Pihuelo SpA, quienes legalmente hablando pueden volver a insistir respecto a su desarrollo. Básicamente lo que buscan es instalar un centro de engorda para 22 mil cerdos, en las cercanías de sectores como Los Quillayes y Villa Prat. “Nosotros mantenemos hasta el final la oposición, nosotros vamos a estar siempre presente, vamos a estar presionando, no vamos a soltar esto, porque no nos merecemos que nos vengan a echar esta cochinada a nuestra comuna”, dijo Morales, avecindado en el sector Los Quillayes.
INFORMES
Respecto al presente de la citada iniciativa, el edil indicó que desde Santiago solicitaron cuatro de los informes de las autoridades que rechazaron el proyecto, a fin de analizar los argumentos que respaldan tal postura. Si bien los “vecinos más cercanos al proyecto”, han manifestado su total oposición a dicha iniciativa, aquella posición no se ha replicado a nivel general en la comuna.
Por lo mismo, dijo Morales, en lo personal, se ha encargado “que esto no se enfríe, de que no nos quedemos en silencio, lo cual para nosotros sería fatal”. “Tenemos que estar siempre levantando este tema”, subrayó. Junto con ello, indicó que desde la empresa que busca llevar a cabo el citado proyecto, no han entregado argumentos de peso como para cambiar el actual escenario.
NETAMENTE AGRÍCOLA
Agregó el concejal que Sagrada Familia corresponde más bien a una comuna que es “netamente agrícola, frutícola”, en donde, solo en el valle de Los Quillayes cuando hay cosecha, más de tres mil personas están trabajando. En comparación al aludido proyecto, “los que irían a trabajar no serían más de 20 personas”. “Yo en el concejo este tema lo estoy reflotando, hemos ido a Talca, tenemos un muy buen equipo de abogados trabajando, se le preguntó y se hizo un estudio con un muy buen climatólogo”, cerró.