Entrevista. El diputado criticó el texto que debe ser votado el próximo domingo, señalando que es un “ensayo republicano que no une al país” y que “no resuelve los temas de fondo” que le importan a la ciudadanía.
TALCA. Jaime Mulet, es diputado de la Federación Regionalista Verde Social, por el distrito 4, Región de Atacama, y está recorriendo el país, como encargado de su colectividad para la campaña En Contra de la propuesta de Constitución, que se deberá votar el domingo 17 de diciembre. Por lo mismo, el otrora secretario general de la DC estuvo en Talca, donde se dio tiempo para dialogar con diario La Prensa, criticando el texto constitucional y advirtiendo que no resuelve las demandas sociales que dieron origen al “estallido social” en el 2019. Además, entregó su mirada de cómo lo ha hecho el Gobierno y además evaluó el daño causado por el Caso Convenios.
¿Por qué habría que votar En Contra?
“Hay que votar En Contra, fundamentalmente porque no se cumple el objetivo principal de una Constitución que es establecer una estructura, un marco jurídico, tipo cimiento más bien de una estructura que una al país, una a la nación, que genere las bases de un proyecto estructural de orden político y que deje satisfecho a una buena mayoría, porque eso le da estabilidad. Una buena Constitución es como la estructura, las bases de un edificio. El problema es que no solo hicieron la estructura y las bases de un edificio, sino que además lo pintaron, pusieron las puertas, las persianas, las cortinas, por decirlo metafóricamente, hicieron un edificio a la pinta de los republicanos y eso es el error que cometieron, en vez de haberse preocupado solo de las estructuras para que cada Gobierno después vaya adornando, vaya generando los aspectos más específicos”.
¿Y no se pudo avanzar para poder lograr un texto como el que usted dice?
“No, desgraciadamente. Hubo todo un esfuerzo. Incluso los partidos oficialistas fuimos muy responsables, esperamos hasta el último momento, hasta cuando hubo que recurrir a la Comisión Experta al final para ver si se asumían algunos aspectos que para nosotros eran fundamentales, que había que sacar del proyecto republicano, pero al final los republicanos mantuvieron su ensayo completamente. Legítimamente, es que las ideas son todas respetables, pero representan un sector del país, a mi juicio, minoritario, y no lo que debe haber sido algo que uniera al país. Y no se logró el objetivo, y cometieron el mismo error que cometió la Lista del Pueblo, a quienes ellos criticaron. Esa es la razón principal”.
Si el 17 de diciembre (Plebiscito) gana la opción En Contra ¿Qué va a pasar? ¿Cuál es el futuro de la Constitución? ¿Usted estaría de acuerdo en un tercer intento o ya hay que trabajar con la que existe y que ha sido reformada?
“No, yo creo que incluso este segundo intento estuvo un poquito de más, porque yo y no solo yo, mi partido, la presidenta del partido, incluso lo planteó categóricamente cuando se estaba discutiendo las 12 bases, los bordes, que el momento constituyente había terminado. ‘Que no estaban los panes para el horno’, o sea, no había un momento, no había una efervescencia, la ciudadanía se había desilusionado y eso es lo que pasa hoy día. Más bien, esta fue una construcción en el Senado de los partidos, los senadores más influyentes, los distintos sectores políticos, y desataron este segundo proceso, pero la ciudadanía ya está desafectada, por eso hacer un tercer proceso, sería una locura. Hoy día hay que cerrar el capítulo de una reforma de una nueva Constitución. Hay que preocuparse de avanzar todo lo que se pueda con la estructura jurídica, institucional, que hay hoy día y preocuparse de las jubilaciones, la salud y poner todo el foco y el esfuerzo de la recuperación económica y otros aspectos”.
Preocuparse de las demandas que fueron las que generaron el ‘estallido social’ que quedaron un poco en la sombra y hubo una preocupación especial con proponer un nuevo texto constitucional. ¿Pero qué pasa con las demandas del estallido? ¿Siguen pendientes?
“Usted da en el clavo. Sin duda, todas pendientes, prácticamente todas pendientes. El 15 de noviembre del 2019, cuando se hace ese acuerdo, un poco para desactivar la efervescencia que había en el estallido, uno de los partidos que no firmó y que no lo suscribió en ese acuerdo, fuimos nosotros, y no lo suscribimos porque en el fondo yo creo que el foco se puso mal desde el principio. El foco se puso en la estructura jurídica institucional que obviamente es importante, pero el mundo que reclamaba no ganó nada, ni las jubilaciones, ni en salud, ni los pueblos originarios. En fin, las principales luchas que eran múltiples, no ganó ninguna. O sea, se dijo que íbamos a un acuerdo, íbamos a reformar la Constitución, como que la Constitución fuera solamente la única responsable de las causas, de esos reclamos, que son muchos y muy legítimos”.
Al no ser atendidas estas demandas, ¿Se corre quizá el riesgo de un nuevo estallido o lo ve como un escenario muy poco probable?
“Yo creo que en algún momento, si el mundo que se opone a los cambios, que no solamente es parte del mundo político, sino que más bien también parte del mundo del poder económico de este país, se sigue oponiendo a cambios que son necesarios y que corresponden a sociedades occidentales normales, digamos democráticas, puede haber otro estallido, sin lugar a dudas. Si seguimos con una carga tributaria, la más baja de la OCDE con México del orden del 22 y 23 puntos y los países que logran niveles de bienestar superiores están en los 34, la mediana, y llegan hasta el 40%. Si seguimos así, obviamente puede haber otro estallido social, sin lugar a dudas. Es necesario hacer cambios. En algún momento, algunos de nosotros hace muchos años atrás, -fui secretario general de la Democracia Cristiana el año 2002 hasta el 2006, con el presidente Adolfo Zaldívar- ahí planteamos que era necesario corregir el modelo. Ya veíamos que el modelo económico estaba generando una serie de aspectos muy negativos, en aquella época se estaba produciendo una concentración, estaban desapareciendo los negocios de barrio. Todo se concentró en este país, casi todos los mercados, en circunstancias bastante abusivas para con los pequeños. Creo que si no se corrige ahora en aspectos donde haya posibilidades reales de acceder a una buena jubilación, acceder a una salud decente, vamos a tener problemas graves”.
EVALUACIÓN
¿Qué nota le pone al Gobierno?
“Con el Gobierno soy un poco barrero, porque soy parte. Mi nota no es objetiva, pero más que ponerle un número, yo creo que el Gobierno tiene muchas falencias, y tiene cosas obviamente también positivas, pero ha habido situaciones que sin duda pudieron haberse hecho mejor desde el inicio. Creo que haber ligado al Gobierno al proceso constitucional, fue un error, lo hicimos ver en su momento correspondiente. Desde que partió el Gobierno lo ligan al primer proceso constitucional, creo que eso no debió haber ocurrido. Eso produjo una derrota doble después a propósito del segundo proceso en el examen de los constituyentes y eso afectó sin duda al Gobierno su credibilidad. Creo que fue un error base complejo, creo que se demoró en algunos aspectos en materia de seguridad. Por ejemplo, los Estados de Excepción, costaron mucho al principio, había cierta mirada, no por todos, romántica respecto de la migración. Pero lo inteligente es que se ha ido corrigiendo y bien. El propio Presidente ha hecho algunos mea culpas y eso habla muy bien de él, pero hubo sin lugar a duda situaciones que debieron haberse corregido o haber partido de manera distinta”.
Y hablando de este tema y de situaciones que han golpeado al Gobierno, ¿Cuál es el grado de daño que le provoca al Gobierno todo lo que ha pasado con el Caso Convenios?
“Al Gobierno le produjo un grave daño, sin lugar a dudas. Ahora creo que la oposición le ha hecho al Gobierno obviamente lo que hacen las oposiciones y este tema tan grave lo ha apalancado y levantado comunicacionalmente lo más posible. No digo que sea baladí, pero es un tema que de alguna manera, esta forma de avanzar en el gasto, en la inversión pública de los Gobiernos Regionales o de algunos servicios como el Serviu en los campamentos, se implementa entre el Gobierno de Piñera y este Gobierno, y sigue porque estaban buscando cómo ejecutar rápido cuestiones complejas como en campamentos. En fin, no tenían otros instrumentos. Entonces siguió y no se observó los abusos que se podían haber cometido y que se cometieron. Y el daño hacia el Gobierno es muy grande, pero hay que tener cuidado también y actuar responsablemente, porque si acaso paralizamos todos los brazos que tiene el Estado para ejecutar políticas públicas, también se van a generar otro tipo de consecuencias. No todas las fundaciones, no todas las corporaciones son corruptas. Y eso hay que distinguir la paja del grano o voy con otra parábola con la del sembrador, uno cuando siembra a veces cierto la semilla cae en la cizaña o la semilla cae en una tierra donde no florece, pero también hay semilla que florece. Entonces la preocupación que tengo es que vamos a paralizar cosas que se estaban haciendo bien, y ahora tampoco se van a hacer”.
La Estrategia Nacional de Integridad Pública que acaba de presentar el Presidente Boric de 200 medidas para abordar la corrupción a raíz del Caso Convenios ¿Le parece un buen paso, un buen camino que ha tomado el Gobierno para enfrentar este tema?
“Yo creo que sí, ha sido bastante rápido. De hecho, no la he visto en detalle, pero sí hay aspectos que he visto y que generalmente nos topamos, por ejemplo las normas anti-elusión y anti-evasión son muy relevantes, donde sectores importantes económicos del país de derecha siempre se oponen. Pero por lo menos desde nuestra perspectiva hay que avanzar con mucha dureza y claridad en una agenda anticorrupción. Y mientras los delincuentes de cuello corbata no tengan sanciones y penas privativas de libertad, van a seguir habiendo espacios, creo que eso es muy importante y yo creo que hay que sancionar con cárcel efectiva, sin remisiones de condena la defraudaciones públicas. Creo que esa es la principal señal que deberíamos dar y además lo he propuesto. Creo que es fundamental meter a la Contraloría General de la República y creo que hay que fortalecerla en los órganos de control de los municipios, de los Gobiernos Regionales, de tal manera que el encargado control y el secretario municipal sean funcionarios de la contraloría. Lo mismo en el Gobierno Regional, el ministro de fe que opere la Secretaría del Core y el encargado de control y gestión del Gobierno, sean funcionarios de la Contraloría, de manera que estén permanentemente en control y esos funcionarios nombrados por el contralor. Es algo complejo de implementar, pero creo que sería muy interesante hacerlo”.
Hablemos del futuro, ¿Cuál puede ser una próxima carta presidencial del sector que usted también representa, el oficialismo?
“La verdad es que no lo sé, no es un tema que lo hayamos discutido. Creo que no es propio hacerlo tampoco. Estamos en una situación, le diría yo dentro de un proceso constituyente, con un Gobierno que está asediado por una derecha muy dura, yo no le sabría decir quién podría ser candidato o candidata de lo que es hoy día el oficialismo. Lo que sí es que habrá que hacer un proceso de primarias con participación y buscar alguien que obviamente pueda ganar y poner nuevo impulso en un próximo período presidencial. Me ha llamado sí la atención, ya cierta mirada que hay de mucha gente hacia Michelle Bachelet. Y me ha llamado la atención el cariño que hay hacia ella y creo que en algunos está como la esperanza puesta en una especie Michelle Bachelet”.
¿Aún cuando haya dicho que no lo intentaría nuevamente?
“Me llama la atención ese fenómeno que está provocando ella diciendo que no, y es la que está apareciendo en la encuesta, entonces ahí hay un tema. Pero más que eso, hay que pensar en qué es lo que vamos a hacer después de este Gobierno, sobre todo buscar la forma de tener un Gobierno que cuente con mayoría en el Parlamento. Es una dificultad que ha ocurrido en los tres últimos Gobiernos y esa ecuación hay que resolverla y no la resuelve el texto constitucional, el ensayo constitucional de la derecha. Hay algunas normas para disminuir la fragmentación partidaria, pero tiene unas equivocaciones de fondo. Yo creo que hay que resolver ese tema y espero que lo podamos resolver el próximo año a través de alguna reforma constitucional que permita disminuir el fraccionamiento político y nosotros tenemos incluso una propuesta. Esto no pasa solo por el número de partidos, pasa por el comportamiento de los parlamentarios en el Congreso. Hay que abordar temas técnicos que son muy importantes que tienen que ver con hacer obligatorio los acuerdos de los comités parlamentarios y nosotros tenemos una propuesta muy completa que firmaron seis partidos y espero yo de esa manera poder contribuir a que el próximo Presidente o Presidenta pueda tener una relación más fluida con el Parlamento”.