Especial 125 años de diario La Prensa. Llegó a trabajar cuando tenía 21 años y ya lleva 52. Reconoció que extraña los tiempos en que el diario tenía como centro de operaciones la Plaza de Armas.
CURICÓ. Francisco Ahumada Ahumada llegó a trabajar al diario La Prensa cuando tenía 21 años y ya lleva 52, actualmente desempeñando la labor de prensista en este medio de comunicación. “Llegué al diario a fines de 1971. Esto tras la recomendación que hicieron mis papás al maestro González, quien trabajaba acá. En un principio, doblaba el diario y lo repartía en las calles; y luego, empecé a ejercer la labor de prensista. Me daba miedo esta función, ya que las máquinas eran muy diferentes a las de ahora y podía quedar atascada una mano”, indicó. También recordó cuando se modificó el tamaño del diario. Antes, era tipo sábana y ahora, tabloide. Francisco Ahumada se apresta a acogerse a jubilación. Quiere descansar, aunque reconoce que extrañará La Prensa.
PLAZA
Sin duda que “Ahumadita”, como le decimos con cariño, extraña los tiempos en que el diario tenía como centro de operaciones la Plaza de Armas de Curicó. Había la posibilidad de ver gente circular por los alrededores y de ir a sentarse a uno de los bancos. Pero Francisco también echa de menos aquella época en que había más camaradería y se juntaban entre los compañeros de trabajo a compartir un asadito o un traguito. Había más unión y se disfrutaba más la jornada laboral. “Nos juntábamos en el segundo piso del diario. Comíamos lo que hubiera y comprábamos garrafas de vino”, aseveró Ahumadita; quien también destacó la figura de Óscar Ramírez Merino, antiguo director del diario, quien jugaba un rol importante en este trabajo en equipo. Pero estas dependencias quedaron en el suelo con el terremoto de febrero del 2010. Pudieron rescatarse solo las máquinas, ya que la infraestructura quedó totalmente destruida. Esto hizo que las oficinas del diario tuvieran que trasladarse a calle Sargento Aldea. “Se echa de menos trabajar frente a la Plaza de Armas. Cuando teníamos un tiempo libre, salíamos a mirar a las personas transitar por las calles; y podíamos cruzar y sentarnos en ese lugar”, agregó.
VISITAS
Otro aspecto que extraña “Ahumadita” es que, en las antiguas dependencias del diario, se recibía a todos quienes querían conocer la forma de operar de un medio de comunicación. Las oficinas estaban abiertas para todos los curicanos y, en ese sentido, era normal que alguien ingresara a hojear al diario o preguntar quién había fallecido. También se organizaban visitas de colegios, jardines infantiles u otras organizaciones de la comunidad.