Opinión. Lo perdían 2-0 y lo terminaron empatando y casi ganando. Se movieron piezas en defensa, medio campo y ataque, existiendo incluso un cambio obligado en portería.
Por Rodrigo Orellana Salazar, periodista
CURICÓ. El nuevo Curicó Unido de Miguel Riffo apostó en defensa, medio campo y ataque, siendo en la última línea propia las más gruesas modificaciones del nuevo cuerpo técnico. Si bien hubo voces que apostaban por Luis Santelices en el arco apelando a que el Curi es la defensa más batida del torneo, aunque Fabián Cerda es a la vez el arquero que más tapadas tiene en el campeonato, Riffo apostó por la continuidad del formado en Católica.
Por el lateral derecho y tal como terminara jugando el clásico ante Ñublense con Ribera en la banca, Riffo se la jugó con el capitán Bechtholdt, en lugar de Augusto Barrios, un ausente Darko Fiamengo o Joaquín González, las otras alternativas en el puesto y con mayor oficio por la banda que el Cachi, quien se vio dubitativo e incómodo pegado al lateral.
Por el centro de la zaga, Merlo pasó al banco y la dupla fue debutante en el torneo, con dos que regresaban de sus respectivas lesiones y que lo hacían formando la dupla de centrales: el uruguayo Agustín Nadruz y el argentino Matías Cahais, destacando Nadruz que bajaba de su habitual zona de trajín y de volantes para correr junto a la última línea. Por el lateral zurdo no hubo mayor duda con Ronald de la Fuente como estelar.
AL ATAQUE
El mediocampo curicano que arrancó frente a Unión tuvo dos salidas limpias y de buen pie, de dos jugadores no tan considerados por “JJ” Ribera como Yerko Leiva y el curicano Felipe Ortiz, quienes se turnaban para deambular delante de los centrales para pedir el balón e iniciar la gestación ofensiva de este remozado y complicado equipo. Delante de ellos y por momentos regresando a su posición natural, Mario Sandoval debía ser el encargado de crear detrás de los atacantes y fue el llamado a ser el “10” del equipo por su buena pegada y claridad para profundizar con balón dominado.
En los extremos la apuesta fue con el canterano y Sub-21 Nicolás Barrios por la franja zurda y con el veloz Cristian Zavala por la diestra, quienes debían intentar profundizar y meter centros al espigado Tobías Figueroa que fuera el “9” elegido en lugar de Diego Coelho que arrancó desde el banco.
Por momentos incisivos los extremos en ofensiva, con Zavala y Barrios encarando, aunque sin lograr la requerida profundidad para hacer daño en arco rival. Un equipo más intenso en la recuperación y que logró -a diferencia del equipo de Ribera- al menos inquietar el arco rival, aunque igualmente sufrió con los goles a inicio de un tiempo de juego.
RESOLUCIÓN
El partido ante Unión con el correr de los minutos obligó cambios a la idea inicial: Bechtholdt y Cerda lesionados apuraron el ingreso de Augusto Barrios como lateral diestro de oficio y del histórico Luis Santelices en el arco curicano. En el inicio del segundo tiempo, Sandoval retrocedió y se metió como “6” soltándose Leiva y Ortiz delante de él, ingresaron Flores, Fritz y Coelho, este último nuevamente rompiendo redes cada vez que ingresa desde el banco.
Y el equipo, pese a ir 2-0 abajo, reaccionó y revirtió el magro momento, descontando, empatando y casi ganando el partido, con Zavala como figura, con Ortiz y Leiva siendo ejes y jugando los 90 minutos, con Santelices reapareciendo en juegos oficiales demostrando solvencia y una magna cuota de identidad, mientras Cahais y Ronald se hacían dueños de la defensa, con el Nico Barrios respondiendo, sumando minutaje y con los del banco gravitando en la recta final del juego. Este nuevo Curicó Unido demostró tener pasta para mejorar y si bien solo se descontó un punto a Copiapó (ahora son cuatro de distancia), existiendo aún dos juegos de diferencia cuando restan cinco por disputar, el equipo ganó confianza y la transición para conseguir triunfos de la mano de un fútbol atildado a una idea renovada pareciera ser más corta en medio de la urgencia por ganar.
PERMANENCIA
La verdadera tarea por la permanencia tendrá su estación la próxima semana en La Granja, cuando el rival sea mayúsculo, un Cobresal protagonista donde el Curi ganando confirmará convicciones, mientras que enredando puntos comenzará su largo calvario de final de temporada. En la vereda opuesta, Copiapó se verá las caras con Magallanes, en duelo de desesperados y donde el pueblo curicano alentará a los albicelestes, aunque ello signifique no dejar el último puesto de las ubicaciones. Hoy, Copiapó suma 26 puntos, Magallanes y Curicó 22, siendo dos los que descienden, restando 15 puntos por disputar. La tarea urge para el Curi: ganar.