Río Mataquito y afluentes. A diferencia del anterior episodio de tales características, esta vez, en algunos puntos, el nivel del agua en pleno pueblo de Licantén superó los dos metros de altura, lo que dejó a muchas casas solo con sus techumbres visibles.
LICANTÉN. Gran parte de la comuna de Licantén quedó bajo el agua, tras el desborde del río Mataquito y de otros afluentes del propio sector. Si bien, a diferencia de lo que ocurrió a fines de junio pasado, esta vez el ingreso del agua fue más “lento y paulatino”, claramente la magnitud del fenómeno, tanto respecto a la cantidad como a la zona que abarcó, fue muchísimo mayor que en eventos anteriores, incluyendo “históricas” inundaciones, como las que el citado pueblo vivió en décadas pasadas.
BOTES
Esta vez, en algunos puntos el nivel del agua en pleno pueblo de Licantén superó los dos metros de altura, lo que dejó a muchas casas solo con sus techumbres visibles. Pescadores en botes fueron los encargados de recorrer diversos sectores, a fin de rescatar a quienes se habían quedado en sus respectivos domicilios, ya que la gran mayoría de los habitantes respondió al llamado inicial para evacuar y trasladarse a sectores “seguros”.
AISLADOS
El panorama es aún más desolador, considerando además que, por tierra, la conexión vial hacia dicha zona también sufrió graves daños, ya sea en la propia calzada o bien, porque los caminos también quedaron completamente bajo el agua. Tal fue el caso de la emblemática ruta J-60, entre otras vías.
CONCEJAL
En contacto con diario La Prensa, el concejal de Licantén, Ariel Espinoza, reconoció que, en términos generales, las últimas horas han sido “muy angustiantes” y de “mucha incertidumbre”. “Licantén es un pueblo devastado hoy día. Está el 90% estimo bajo el agua, con una altura que marca mucha diferencia a lo que fue la salida de junio. Es muy desolador el panorama. Hemos recorrido la comuna, hemos conversado con los vecinos, están con las ganas, pero saben que lo que ahora viene no es para nada fácil”, dijo.
A la ya compleja situación, con una zona sin sus servicios básicos y con su conectividad vial interrumpida, se sumó, nos dijo Espinoza, a que el albergue que había sido habilitado por el municipio, debió ser cambiado de lugar, esto ya que aquel punto también corría riesgo de resultar anegado.
Respecto a las imágenes que circularon en televisión, sobre vecinos que ayer fueron rescatados por pescadores que transitaron por la zona en botes, el concejal indicó que corresponde a personas que habían optado por quedarse en el segundo piso de sus casas, sin imaginar que el agua alcanzaría tal nivel. “Incluso en algunos sectores de la villa San Antonio, estaba llegando el río al segundo piso. Estas personas tuvieron que pedir su rescate. Agradecemos a los pescadores que han estado en cada situación de emergencia, siempre han estado presente y estuvieron hoy (ayer) recorriendo diferentes sectores, rescatando a nuestros vecinos”, acotó.
INCERTIDUMBRE
Por desgracia, hasta el cierre de la presente edición, Espinoza señaló que, en términos generales, la población de Licantén no contaba con la información precisa, respecto al tiempo que se mantendrá la ciudad inundada. De hecho, se estimaba que, durante las últimas horas de ayer, aún no se alcanzaba el “peak” del nivel que podría alcanzar el ingreso del río. “En estos momentos yo estoy en la villa El Bosque, que es una población que en una mitad está afectada y la otra mitad está esperando, con la incertidumbre de que si va a llegar o no más agua. Se habla de una nueva crecida, están todos expectantes. Es mucha la incertidumbre (…) Por ahora se cree que puede pasar lo de junio, en donde tuvimos el río Mataquito dos días prácticamente en nuestras casas, en nuestras calles. Se prevé que se podría repetir ese fenómeno”, dijo.
LLAMADO
Por último, el concejal indicó que, si bien se trata de una emergencia que no solo afecta a Licantén, de todas maneras, envió un mensaje a las autoridades, tanto locales como nacionales, para que “no se olviden de quienes residen allí”.