No se descartan sanciones. En La Granja, la hinchada Marginales no desplegó inicialmente su lienzo, el grueso de su gente ingresó tarde a la tribuna y una serie de tronadores obligó a detener el encuentro.
CURICÓ. El clásico universitario disputado en el estadio Ester Roa Rebolledo de Concepción no pudo llegar a su final. Casi media hora del primer tiempo y un grupo de barristas arremetió en la tribuna tras la banca sur del estadio penquista y comenzó a lanzar bengalas encendidas a la pista atlética y cancha penquista, generando momentos de tensión e incertidumbre que llevó al juez del encuentro a detener el partido. En un abrir y cerrar de ojos, llegaron los tronadores y bombas explosivas de ruido que detonaron junto al cuarto árbitro, y en tanto un camarógrafo de TNT Sports como incluso miembros de la misma banca azul sufrieron las consecuencias de estos pseudo hinchas vestidos con indumentaria alusiva a la “U”, aunque con rostros cubiertos que solo lograron empañar la fiesta del clásico universitario en Concepción, dañar la aplaudida performance de los azules en los minutos de juego y suspender un encuentro esperado por muchos y dañado por solo unos cuantos. Desde todos lados llovieron críticas, aunque el verdadero actuar que aporte a la solución real de esta mancha en el fútbol nacional, para muchos es la implementación tecnológica y radicalización de sanciones contra los responsables, quienes no deberían tener la opción de volver a una cancha de fútbol por los hechos cometidos.
EN CASA
Curicó Unido no pudo el pasado fin de semana frente a Everton en La Granja, partido que igualmente corrió el riesgo de suspensión por el actuar de algunos barristas curicanos que incluso habrían sido identificados por las cámaras de seguridad del estadio curicano. Minutos antes del encuentro, el lienzo principal de la hinchada Marginales no era desplegado en su totalidad y enrollado anunciaba una manifestación de los fieles y férreos hinchas curicanos. Comenzó el partido y el grupo principal de barristas albirrojos no se encontraba en las tribunas alentando al equipo, sino que aún seguía bajo las tribunas en señal de protesta por el presente del equipo y el club. Recién al minuto 5 del primer tiempo, con banderas al viento y liderando los cánticos de la popular, el grueso de la hinchada Marginales se ubicaba en su zona habitual, el lienzo se desenrollaba y el ambiente que cambiaba radicalmente a favor del Curi.
A LA ESPERA
Sin embargo, desde la aparición de los barristas curicanos, comenzaron a lanzarse los llamados tronadores o bombas explosivas de ruido. Fue una y dos desde su llegada a la tribuna, tres y cuatro con ellos ya instalados en la tribuna Andes, cinco y seis con el árbitro Fernando Véjar ya indicando que debían darse indicaciones por altavoz a los hinchas, e incluso al minuto 11 el partido debió detenerse por orden de Fernando Véjar. Llegaría una séptima y octava detonación, afortunadamente lanzadas al aire y no al campo de juego como sucedió en Concepción. De todos modos, el Curi deberá esperar si el hecho es constatado por el árbitro del encuentro en su informe, lo cual sumado al hecho que será castigado en Collao, podría conllevar un castigo para los albirrojos que no sería otra cosa que jugar sin público su próximo partido en condición de local (el domingo 14 frente a Palestino). Habrá que esperar el pronunciamiento del tribunal de disciplina de la ANFP en su sesión de hoy en Santiago, donde tanto la Universidad de Chile como Curicó Unido, así como tras el clásico Colo Colo fue sancionado con tres partidos sin público como local, no se descartan sanciones por culpa de unos mal llamados hinchas, que afectan con su actuar al club que dicen ser, de sus amores.