Disciplina. Las clases se llevan a cabo los martes y miércoles en la Corporación Cultural de Curicó.
CURICÓ. Una terapia para el cuerpo físico y mental es el yoga, disciplina que imparte la instructora Isabel Arros dos veces a la semana en la Corporación Cultural de Curicó, específicamente los días martes y miércoles entre las 10:00 y las 11:00 horas.
Sus inicios en esta disciplina son desde hace unos diez años cuando a raíz de una depresión post parto decidió incursionar en el yoga. Y de a poco, fue viendo como su cuerpo y mente se transformaban. “Busqué ayuda con una yogui que trabajaba en Curicó. Como no tenía dinero para pagar las clases, hacíamos trueque”, planteó Arros; quien mencionó que cuando empezó a practicar yoga, eran pocas las personas que lo enseñaban y, en ese momento, decidió extender el ejercicio de esta disciplina a más personas. “Comencé a estudiarlo y a ver sus resultados. Al ver que obtenía logros, quise ampliar el número de personas beneficiadas”, aclaró.
Dentro de los cambios que observó estuvo la reestructuración de su cuerpo y además, cambios mentales, más positivismo, mayor empatía con los pares y mejoría en la autoestima. Esto último es uno de los aspectos que más ayuda a mujeres que quieren ceñirse a un cierto patrón físico.
“Quise que todas las personas pudieran experimentar estos cambios y, en ese sentido, tratar a llegar con esta disciplina a más personas. Y en el caso de los adultos mayores, estos pueden aumentar su masa muscular y gozar de mayor movilidad”, enfatizó.
MUJERES
En la Oficina Municipal de la Mujer de Curicó, comenzó a enseñar esta disciplina y luego, le abrieron las puertas de la Corporación Cultural.
“El yoga también es parte de la cultura inmaterial de la humanidad. Y en este lugar, trabajo con las mujeres más vulnerables de esta ciudad”, aseveró.
El trabajo de Isabel se orienta a mejorar la autoestima de las mujeres y a sacarlas de la depresión en que muchas se encuentran. A esto se agregan las crisis de pánico, las que se incrementaron después de la pandemia.
“Sus avances quedan de manifiesto con la responsabilidad con la que asumen la asistencia a clases. Y, además, veo sus rostros distendidos y como van cambiando sus cuerpos”, señaló.
Y con la finalidad de llegar a más mujeres es que se pondrá en marcha un proyecto con la Oficina de la Mujer. Este apunta a llegar con el yoga a sectores poblacionales y más distanciados del área urbana.
“Quienes viven en el área rural, tienen más dificultades para participar en estas clases. Por esa razón, es importante acercar esta disciplina a otros lugares”, concluyó.