CAUQUENES. En el sector de San Miguel de esta comuna, se realizó la inauguración del proyecto denominado “Innovación sustentable del proceso de fabricación de ladrillos industrializados en la Región del Maule”, que ejecuta la Universidad Católica del Maule (UCM) y que es financiado por el Gobierno Regional.
La iniciativa cumplió a cabalidad su objetivo, que era desarrollar una innovación sustentable en el proceso de fabricación de ladrillos industrializados, mediante la mejora de la matriz artesanal y el uso de eco-hornos, que contó con una inversión de poco más de 147 millones de pesos.
“Visualizar en lo que se traducen los proyectos del Fondo de Innovación y Competitividad y este proyecto es muy importante porque es un círculo virtuoso entre la academia, estos emprendedores y el Gobierno Regional. Es una tremenda experiencia porque ayuda a mejorar la producción, genera empleo y construibuye al medio ambiente”, indicó la gobernadora regional, Cristina Bravo.
El objetivo es promover la competitividad de los sectores productivos, en asociación con instituciones receptoras especializadas, que aseguren que el esfuerzo de inversión logre mejoras significativas en la competitividad y el desarrollo de la región.
VENTAJAS
“Este eco-horno es eficiente y ecológico, lo que significa que podemos producir más ladrillos con menos combustible, por lo que tiene todas las ventajas para los productores de ladrillos, y queremos poder seguir escalando en el proyecto, capacitando a los ladrilleros con una producción más limpia, no solo para el medio ambiente, sino que también para ellos mismos como trabajadores”, apuntó la vicerrectora (s) de Investigación y Postgrado de la UCM, Karina Vilches
Se debe considerar que este proyecto se desarrolló de la mano de los productores de ladrillos del territorio, estableciendo ensayos y equipamiento en sus faenas productivas, lo que permitió el traspaso de competencias al sector privado en conjunto con el desarrollo de la investigación que se llevaba a cabo, lo que lo establece como un caso de éxito de trabajo entre el sector público, privado y con la academia.
“Tenemos menos contaminantes y un gran ahorro de leña, porque al ser un horno de cocción invertida es diferente. Hay una cámara donde los gases más nocivos se van quemando y, a la vez, tenemos una economía de un 50 por ciento de la leña”, manifestó el productor de ladrillos Raúl Roldán.