A 48 años de la tragedia. Cecilia Bravo Núñez tenía entonces 12 años; solo pide que la gente no olvide hechos como este.
CURICÓ. La visita a la redacción del diario La Prensa de Cecilia Bravo Núñez de 60 años de edad, llamó la atención por su finalidad, ya que pedía que los curicanos recordaran que aún existen personas que siguen sufriendo las consecuencias de los atentados terroristas que se produjeron a principios de los años setenta.
La explosión del oleoducto en el sector de El Porvenir ocurrió cuando Cecilia Bravo solo tenía 12 años de edad, pero que el drama ha seguido siempre latente en su corazón y mente por el trágico desenlace que tuvo para su familia, gente humilde y completamente inocente de los enfrentamientos que se vivían en aquel entonces.
EL ATENTADO
Cecilia recuerda que en este hecho, ocurrido a las 2:45 horas, hubo gran cantidad de daños, entre los que se cuenta su madre Rebeca Núñez Fuentes con graves quemaduras y en el que falleció su abuela Celsa Fuentes Aliste y su tío Toribio Núñez Fuentes.
Cecilia Bravo dijo que le da pena que la gente olvide tan fácilmente a los que sufrieron a causa de este atentado entre las que se cuenta ella, que resultó con gran parte de su cuerpo quemado y por lo que tuvo que resistir por mucho tiempo las burlas de sus compañeros en la escuela que le llamaban “chicharrón” por el color que las quemaduras le daban a su piel.
Expresa la vecina del sector El Porvenir Los Cristales, que sigue teniendo a lo largo de los años el dolor de los injertos de piel a los que fue sometida y que nadie se preocupó jamás por hacerles más llevadera la vida, aún cuando ha acudido a los Derechos Humanos, pero sin respuesta. Vive junto a los sobrevivientes, su familia campesina, con una humilde pensión que les obliga a realizar muchos esfuerzos y sacrificios para llevar una vida normal.
“No pido nada, solo que la gente recuerde esta dolorosa experiencia que ahora está cumpliendo 48 años y para que ojalá nunca se vuelva a repetir”, expresó Cecilia Bravo.
HISTORIA
El hecho al que se refiere la entrevistada, ocurrió en la madrugada del 7 de agosto de 1973, cuando el ambiente social de los chilenos estaba muy tensionado. Es entonces cuando se produce en el sector de El Porvenir una fuerte explosión que en un principio se pensó podría ser la erupción de un volcán causando gran temor en la comunidad.
Más tarde se supo que era un atentado dinamitero en contra del oleoducto de ENAP que hizo explosionar seis mil litros de gas butano y gasolina que produjo una cantidad de 11 heridos los que resultaron con quemaduras, algunos con hasta el 90 por ciento de sus cuerpos afectados y que debieron ser trasladados al Hospital de Curicó y a Santiago.
El ataque extremista, tuvo un largo proceso de investigación y detenciones, que diario La Prensa publicó detenidamente durante largo tiempo.
Hoy los sobreviviente de este trágico suceso han querido recordar el drama humano que dejó este suceso y que nunca significó reparación alguna por parte del Estado para los afectados.