Protección del medio ambiente. Algunas alternativas son el uso de energías renovables, la implementación de sistemas de trabajo híbridos (casa/empresa) y el adecuado manejo de desechos sanitarios como mascarillas y guantes.
VALPARAÍSO. Si bien durante algunos meses -al inicio de la pandemia del Coronavirus- la contaminación disminuyó en diferentes puntos del planeta, con el retorno de la actividad productiva en algunos países, la situación ha ido retomando el rumbo que tenía previo a la emergencia sanitaria.
Según la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA), uno de los efectos extraordinarios e inesperados de la pandemia fue la reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), y en lugares como el norte de Italia, se observó otras consecuencias como la reducción temporal de la contaminación atmosférica. Pero mucho de aquello ya se está revirtiendo.
En este contexto, los expertos ya vislumbran cómo realizar cambios que permitan hacer algo por la protección del medio ambiente. Según manifestó el profesor del Instituto de Química de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Waldo Quiroz, existen muchas instancias como reuniones, tratamiento de datos y congresos que se pueden realizar por otros medios, evitando así desplazamientos innecesarios y aportando a disminuir las emisiones.
Con respecto al desarrollo industrial, el académico señaló que “el aparato productivo podría entrar en una etapa híbrida en donde el aprendizaje adquirido de teletrabajo nos podría llevar a un estado de trabajo en casa/empresa repartido. Si se logra eso sería bueno para el medio ambiente, por cuanto disminuirían los desplazamientos de trabajadores, aunque no creo que eso sea la solución definitiva a los problemas como el cambio climático y la contaminación atmosférica, el uso de plásticos, entre otros aspectos”.
TOMA FUERZA
En tanto, para el decano de la Facultad de Ciencias y experto en Química Ambiental, Manuel Bravo, el desarrollo futuro de Chile y otros países, tiene mayor relación con el trabajo y aprovechamiento de las energías renovables, manifestando que “es evidente que la situación ha llevado a replantearnos el aspecto energético. En este sentido, han tomado fuerza los proyectos basados en energías renovables no convencionales como el hidrógeno verde, que promete ser una alternativa que permitiría la descarbonización de nuestro país”.
Otro elemento a considerar es cómo el uso de mascarillas y guantes también afectarán a nuestro planeta en el futuro. Sonnia Parra, investigadora en Química Ambiental, detalló que nuestro planeta se verá impactado por la generación de toneladas de residuos plásticos solo considerando el uso de mascarillas, guantes, protectores faciales y otros: “Estos materiales, por riesgo de contagio del virus, no podrán ser reciclados y se esperaría que sean incinerados, generando un problema ambiental adicional como la emisión de compuestos cancerígenos como las dioxinas”. De hecho y según los datos entregados por World Wildlife Fund (WWF), se estima que cada mes llegan al ecosistema terrestre y acuático unos 10 millones de mascarillas por problemas de manejo y que cada mascarilla demora aproximadamente 300 años en degradarse.
Sobre tal punto, Waldo Quiroz agrega que “después de la pandemia, la situación ambiental va a volver a empeorar gradualmente a niveles similares a lo que había pre-pandemia. Desde el momento en que el tráfico vehicular, de aviones y barcos se restituya a niveles pre-pandemia, volveremos a caer en los mismos aspectos ambientales que veníamos arrastrando desde la revolución industrial”, lamenta.
Sin embargo, para enfrentar estos hechos, también cree que hay algunas acciones que se pueden hacer para minimizar el impacto, mencionando que “la solución a muchos de estos problemas ambientales pasa por la masificación de las energías limpias, el reemplazo del motor de combustión interna por el motor eléctrico en automóviles, buses o camiones, el uso del hidrógeno como combustible en reemplazo de los combustibles fósiles en aviones y barcos y finalmente, que se aplane e idealmente disminuya la pendiente demográfica. Todo lo anterior se proyecta que ocurrirá a finales de siglo”.
TELETRABAJO
Más allá de la contaminación y de la incertidumbre del futuro, el trabajo a distancia que hoy es una realidad y se ha vuelto más común de lo que creíamos, ha supuesto nuevos paradigmas para nuestra sociedad. Por un lado, hay quienes se han visto beneficiados por esta modalidad ya que sus condiciones socioeconómicas les han permitido compartir de mejor manera con sus familias y en contraparte, quienes no cuentan con las condiciones adecuadas, han vivido momentos angustiantes y poco agradables.
Para Quiroz, esto que hoy es un problema, también es una oportunidad para poder avanzar como sociedad y permitir equilibrar esta situación: “si nos organizáramos como sociedad para permitir que todos los trabajos factibles de realizar a distancia, se puedan adaptar a los hogares de todos estos trabajadores, estos elementos del confinamiento que han beneficiado a algunos trabajadores, se puedan aplicar a todos”. Agregando además que “el ahorro en tiempo y dinero al no desplazarse para trabajar es un gran beneficio para el ambiente y los trabajadores que lo han podido aprovechar”.
El planeta ha vuelto a respirar o al menos se ha tomado un descanso. Su destino, ahora está en las manos de cada uno de nosotros y de nuestra conciencia con el medio ambiente.