Quiénes mejor que los chilenos para entender esta frase: “la unión hace la fuerza”.
Porque son innumerables las ocasiones en la historia de nuestro país en las que cuando la comunidad se une, se logran metas que antes parecían inalcanzables.
Hace muchos años, en 1993, cuando se produjo el aluvión en la Quebrada de Macul, recordemos que muchos colegios curicanos organizaron diferentes campañas para recolectar alimentos, ropa y otros elementos para ir en ayuda de todas las personas que resultaron damnificadas.
El ejemplo emblemático en Chile, por supuesto, es la Teletón, pues el país entero ayuda a financiar los tratamientos de miles de niños, algo que el Estado no ha sido capaz de hacer, pero la unidad sí… incluso en pandemia.
Los chilenos somos expertos para las campañas solidarias y lamentablemente lo vemos también cuando personas tienen que financiar sus tratamientos médicos de elevados costos, pues, nuevamente, el Estado y ninguno de los gobiernos ha sido capaz de poder entregarles soluciones a miles de familias; aunque hay que reconocer que con las patologías AUGE y la Ley Ricarte Soto, se ha avanzado.
Aunque estas iniciativas en salud no han servido para las familias de aquellos niños que fueron diagnosticados con Atrofia Muscular Espinal, como el pequeño Augusto (3 meses de edad) y que tienen que adquirir el medicamento más caro del mundo, en serio, pues su valor asciende a los 1.600 millones de pesos.
La comunidad también se ha unido durante la última semana ayudando como voluntarios o desde sus hogares con pensamientos positivos, a la búsqueda del pequeño Tomás Bravo, de 3 años, quien desapareció en la comuna de Arauco hace más de una semana.
Con el avance de la tecnología y el uso que las personas les dan, las redes sociales también sirven como un medio de unir a las personas, pues en las diferentes plataformas se pueden ver periódicamente publicaciones sobre diferentes campañas de ayuda, incluso, para encontrar mascotas perdidas. Y casos exitosos en este sentido, son muchos los que se conocen día a día.
Sin duda, lo que une a quienes viven en Chile, vale más que aquello que los separa.