En las horas recientes han comenzado a apagarse los ecos de las bulliciosas manifestaciones, con que las diferentes comunidades del planeta recibieron la llegada de un nuevo año.
La mayoría sintió una cierta alegría al ver al 2020 alejarse en la línea del tiempo, dejando la penosa certeza de que, definitivamente, fue un “annus horribilis”, por lo que significó la enorme y negativa presión de la pandemia del Coronavirus.
Todos miramos anhelantes a este naciente 2021 y nos hacemos la misma pregunta… ¿Traerá este año el fin del Covid-19?
Como suele ocurrir, las opiniones parecen estar divididas entre los optimistas y los pesimistas, pero lo aconsejable es escuchar la voz de la experiencia y de los profesionales más preparados científicamente.
Hay quienes afirman que el comienzo de la vacunación masiva será el fin de la crisis del Coronavirus, pero insisten en la necesidad de no bajar la guardia hasta conseguir la inmunidad colectiva necesaria para dar por vencido al virus.
Sin embargo, cada país tiene que vivir su propia realidad y “la luz al final del túnel”, no será vista al mismo tiempo en todo el mundo.
Chile está viviendo, sin lugar a dudas, una alarmante nueva ola de contagios y aunque las medidas para tratar de revertir la situación están en marcha, nadie puede asegurar que las cifras marcarán una curva descendente en un muy corto plazo.
Pero, seamos honestos y sinceros y convengamos que esta “segunda ola” tiene protagonistas derechamente responsables y ellos son todas aquellas personas que no se cuidaron; aquellas que, debiendo controlar los ambientes donde se producen aglomeraciones (y hasta la concentración de postulantes a trabajos de verano) no lo hicieron como debió hacerse y entonces nos vemos enfrentados a otro escenario desolador que, para peor, coincide con el inicio de las vacaciones veraniegas.
Se avecinan semanas y meses inciertos, con un marcado acento en el deterioro del ámbito turístico y comercial en general, lo que solamente podría revertirse, con el anhelado y esperado levantamiento de las restricciones –aunque sea paulatino y gradual– en la medida que la aplicación de las vacunas anti Covid vayan surtiendo el efecto esperado.