Panoramas. Sectores como Potrero Grande, Upeo, Monte Oscuro y otros siguen atrayendo a los turistas
CURICÓ. En medio del dolor que siente Chile por los incendios forestales de la Región de Valparaíso, es necesario destacar que los hermosos parajes que nos entrega la naturaleza en la precordillera de Curicó, una esta zona que ha recuperado el esplendor que impacta a los viajeros, y que nos recuerda a todos la importancia de cuidar nuestro entorno. Quienes hemos visitado la zona precordillerana durante muchos años, podemos decir que Curicó tiene el privilegio de mostrar al turista la hermosura de sus paisajes en forma abundante, con ríos y esteros, valles y cerros de vegetación autóctona exuberante.
VISIÓN MUNICIPAL
Alejandro Lecaros, es un funcionario municipal que durante muchos años ejerció la coordinación de los sectores vecinales de la precordillera curicana, recorriendo la zona como verdadero baqueano a lomo de su caballo y con el tiempo, hemos compartido la admiración por esta zona que realmente deslumbra. “Los parajes de la precordillera curicana son abundantes. Si entramos por el callejón de Potrero Grande, nos encontraremos con muchos lugares donde acampar y admirar la naturaleza, partiendo por el caserío de Potrero Grande donde está el balneario que habilita el municipio curicano. Más arriba hacia la cordillera nos encontramos con el callejón La Virgen con acceso al río Lontué con una extensa ribera, para luego llegar a Las Buitreras con su salto de agua y más arriba están Los Morongos con una serie de camping que son muy visitados, luego Los Ranchillos, La Invernada y Palos Negros y otros lugares de particulares que pueden ser visitados con los permisos correspondientes”, comentó.
POTRERO GRANDE
La localidad de Potrero Grande es el sector más concurrido por los veraneantes en toda época del año, lugar de una maravillosa flora y fauna silvestre que se ha transformado en la puerta de ingreso del turismo nacional e internacional, lugar donde colaboré con la Semana Potrerina.
La localidad está a solo media hora de la ciudad de Curicó, en un camino totalmente pavimentado, con un centro poblado que cuenta con una escuela internado, moderna Posta de Primeros Auxilios, con comunicación vía celular, herramientas de seguridad como cámaras de televigilancia y un comercio bien organizado, de cara al turismo.
Viajando junto a Jorge Díaz, un destacado lugareño y emprendedor de la precordillera curicana, pudimos llegar a los parajes más increíbles como Puente Yacal, donde existen lugares de camping y localidades como La Echaurrina, El Retiro, La Invernada, el Valle de Las Bandurrias y otros exóticos parajes. En otras visitas pudimos disfrutar del baño y la natación, en el balneario municipal a orillas del estero Upeo y compartir con los vecinos de Potrero Grande y visitantes en la Escuela Internado con la Semana Potrerina, que atrae a muchos visitantes nacionales y extranjeros.
LOS MORONGOS
Este sector se ubica a 42 kilómetros de la ciudad de Curicó en los altos de Potrero Grande, comenzando más arriba de la Tenencia de Carabineros, donde se abren las puertas a los contrafuertes cordilleranos. Este sector se ha ido cubriendo de parcelas y propiedades de particulares que han construido sus viviendas de verano, pero también se han creado zonas de camping para los turistas que disfrutan del paisaje natural. Junto a Los Morongos, el visitante puede encontrar territorios de exuberante belleza como La Isla, Los Canelillos, El Pangal, El Buchén, Montegrande y El Colorado, donde predomina el bosque autóctono y las especies nativas de aves y otros lugares que dan la oportunidad de viajar a caballo y pescar en sus riachuelos y esteros.
LAS BUITRERAS
Se trata de una caída de agua de más de 40 metros, ubicada a 50 kilómetros de la ciudad de Curicó, hoy de pertenencia particular pero que se puede visitar sin inconvenientes. El lugar es muy visitado por viajeros amantes de la naturaleza y grupos de scouts que se maravillan con el paisaje y donde existe un camping con las comodidades básicas.
EL VALLE DE LAS BANDURRIAS
Este sector es realmente maravilloso al que tuvimos el gusto de acceder hace algunos años cuando reporteábamos las maravillas de la precordillera para diario La Prensa. Se llega a caballo en lento viaje, cuidándose de los peligrosos desfiladeros y a través de huellas y elevados riscos. En este lugar y sus alrededores, la naturaleza muestra su verdadero esplendor con bosques milenarios llenos de robles y cipreses, donde la bajada a caballo por los cañaverales y espinos se convierte en un verdadero desafío. En este lugar reina la bandurria, pequeña ave de color gris oscuro que acompaña su canto junto a las chicharras en el romántico atardecer cordillerano.
MONTE OSCURO
Este lugar es considerado como el último bastión de la precordillera curicana y antiguo territorio de los indios pehuenches, donde varios curicanos han construido sus casas de verano para huir del bullicio de la ciudad y que permite un descanso reparador a orillas del estero Upeo, que nace más alto que La Quebrada Los Cipreses, a unos dos mil 800 metros sobre el nivel del mar, producto de los deshielos cordilleranos. En esta localidad los lugareños viven de una agricultura de subsistencia, cuando antes lo hacían del espino que se fue extinguiendo debido a sobreexplotación para la fábrica de carbón. Hoy se cultivan pequeños terrenos de hortalizas y crían ganado especialmente ovejas y cabros. La última vez que estuvimos en Monte Oscuro, hace doce años, pudimos admirar en los faldeos cordilleranos grandes extensiones de maquis, boldo, peumo que aún quedaban y muchas hectáreas, que ya estaban comenzando a plantarse con álamos y pino insigne, producto de la acción de las empresas forestales.