Factor. La idea es que aquel dato esté en los alimentos, para así contrarrestar el aumento de la hipertensión en el país.
SANTIAGO. La hipertensión, o presión arterial elevada, es uno de los principales factores de riesgo de padecer enfermedades cardíacas, cerebrales y renales, entre otras, y una de las principales causas de muerte prematura en todo el mundo. Por aquello el experto y Vicerrector de Investigación y Doctorados de la Universidad San Sebastián, Carlos Vio, calificó esta enfermedad crónica como una “epidemia de los tiempos modernos”, e hizo hincapié en que cerca de la mitad de los adultos con hipertensión no saben que la padecen. Frente a ello, se refirió a cómo las medidas de restricción del consumo de sal de mesa no han tenido resultados para contrarrestar este problema, ya que la mayor cantidad de sodio presente en la dieta proviene de los alimentos procesados. “Si bajáramos 400 mg de sodio en la dieta, se podrían prevenir 32 mil infartos de miocardio y 20 mil infartos cerebrales al año”, señaló el doctor Carlos Vio.
De acuerdo a estudios realizados en los últimos años, la mejor forma de eliminar el sodio es a través de la ingesta de potasio, que en los países industrializados es muy baja: “Nuestra dieta tiene un quinto del potasio que debería tener”, advierte el especialista. Esto, explica, se debe a que el procesamiento de los alimentos conlleva la ruptura de las células y con esto la pérdida de su contenido de potasio y el aumento del contenido de sodio. El potasio es un mineral que ayuda a la función de los músculos y a la mantención constante del ritmo cardíaco, por eso su consumo es fundamental. Así, el doctor Carlos Vio señaló “la importancia de establecer un nuevo etiquetado mandatorio de los alimentos que permita indicar cuando un alimento es alto en potasio, y por tanto, recomendado su consumo”. Esto, como un contrapeso a la desinformación en torno al contenido de sodio de los alimentos procesados.
El potasio está en verduras de hoja verde como espinacas; frutos como las uvas y las moras y frutas cítricas como naranjas; vegetales de raíz o tubérculos como las zanahorias y las papas.