Entrevista. José Patricio Correa abordó el complejo presente por el que atraviesa Licantén. En lo macro, indicó ser partidario de ejecutar un trabajo de reconversión que se genere a través de una mesa de trabajo intersectorial.
CURICÓ. En conversación con diario La Prensa, el delegado presidencial provincial de Curicó José Patricio Correa abordó el complejo presente por el que atraviesa Licantén, primero golpeado por dos inundaciones (en junio y en agosto la más grave) y ahora por el anuncio de la empresa Arauco de suspender de manera “indefinida” su producción de celulosa en la planta Licancel, decisión que implicará que un gran número de personas quede desempleada, golpeando de paso a una serie de emprendimientos que estaban asociados a dicha firma.
El descontento y la incertidumbre es evidente, por lo mismo, durante la semana, licanteninas y licanteninos salieron a las calles emitiendo una especie de “grito de auxilio”, solicitando poder recibir “un mayor apoyo”. “Yo justifico la necesidad de salir a la calle de manera pacífica. Democracia no va de la mano con violencia, eso hay que dejarlo claro (…) Nosotros en su gran mayoría, me refiero a las autoridades de Gobierno actual, venimos de la manifestación, venimos de los movimientos sociales. Sería negar el origen no empatizar con la gente que hoy está en Licantén. Nosotros hemos estado presentes en Licantén, en el primer evento, en el segundo. El fin de semana (pasado) estuve conversando con las familias de Placilla, recorriendo sus casas, conociendo sus historias (…) Lo que ha hecho la gente de Licantén, en su gran mayoría, es salir a expresarse de manera pacífica y nosotros en ese sentido lo entendemos”, nos señala de entrada Correa.
¿Y respecto al contenido de ese discurso?
“Aquí hay que separar dos cosas. Lo primero es que el aparataje del Estado en general es burocrático y nosotros como Gobierno, si bien es cierto hemos estado presentes, todas las seremías correspondientes que son sobre todo las de fomento productivo, Economía, Sercotec, Fosis, emprendimientos varios, en general todo lo que abarca la posibilidad de generar una actividad económica, han estado presentes, Desarrollo Social, Educación, nosotros como delegación y en general los seremis y autoridades a nivel nacional, incluso el Presidente dos veces ha estado en Licantén. No obstante, entendemos que los procesos burocráticos son los que a la gente los tienen cansados (…) Es una vuelta que a lo mejor la gente entiende que es muy larga y que necesariamente eso se tiene que cortar. Es un poco el llamado que hacíamos también hacia los parlamentarios, que proyectemos que somos un país que va a sufrir emergencias. Generemos leyes que nos permitan agilizar los procesos burocráticos que tiene el sistema para emergencias. Disponer de recursos. No puede ser que un municipio, no hablo solamente de Licantén, sino que, a nivel regional, tenga un encargado de emergencia, que no dispongan de una camioneta como es el caso de Rauco, o en el caso de Licantén que tuvieron que ocupar, por ejemplo, las camionetas que eran de Seguridad Pública para poder generar aportes en la emergencia. Este tipo de cosas yo creo que son fundamentales hoy día. Hay que modificar leyes. En ese sentido el llamado es a los parlamentarios a trabajar en esa línea. Y la otra arista es la privada, que tiene que ver con el anuncio que hace una empresa, filial de Arauco, uno de los consorcios más grandes a nivel nacional, un anuncio poco oportuno, de una manera que a lo mejor pudo ser mejor. Si bien es cierto, esto se arrastra desde hace muchos años, 2017 después de los incendios se habló lo mismo, 2018 se volvió a hablar, la gente tenía esa sensación y también en algún Cogrid alguien lo mencionó, ‘ojo que puede pasar esto’. Pero yo creo que el empresariado tiene que ser más consciente y más empático con el sufrimiento de la gente. Tenemos dos afectaciones que han sido tremendas y que han golpeado hasta lo más profundo a los vecinos de Licantén y creo que el empresariado en esa línea tiene que ser un poco más humano, un poco más responsable. No digo que hagan beneficencia, porque las empresas se dedican a generar recursos para sus dueños. No estoy pidiendo beneficencia, quiero que se entienda, pero si estoy pidiendo que se tomen consideraciones que este no era el mejor momento. Este no era un buen momento anímico para la gente y ha sido un golpe tremendo, casi un tiro de gracia. Pero nos quedan dos cosas: la tenacidad y la valentía de las personas de Licantén, que se van a poner de pie y también nosotros como Gobierno estamos dispuestos a estar caminando con ellos (…) Lo importante y lo primero es poder rescatar la economía de Licantén y en eso nos vamos a poner a disposición y lo vamos a hacer en conjunto como Gobierno, pero también tenemos que trabajar en la salud mental de las personas porque ha sido muy golpeada”.
Respecto a lo que ocurrió con la empresa Arauco, el alcalde de Licantén Marcelo Fernández hablaba de un plan ¿Es factible eso? Se ha recordado lo que en su momento ocurrió en Lota.
“Yo lo quiero llevar a un ejemplo más cercano: Iansa en Linares, que era un modelo de trabajo de reconversión que genera una mesa de trabajo intersectorial. Aquí tiene que estar presente la academia, tiene que estar presente el municipio, el Gobierno, los organismos privados y todos los que puedan aportar. En esta mesa de trabajo se genera una reconversión. Hay muchas ideas sobre la mesa. Turismo sustentable, por cierto. Créame que hay gente que también está contenta con el cierre, no por lo económico, porque eso afecta directamente, sino que, por los eventos anteriores, no de ahora, de contaminación que se generaron (…) Nosotros tenemos que estar a disposición de lo que la gente necesite. Y en esa línea, esta mesa de trabajo intersectorial que genere una reconversión de como entendemos un nuevo Licantén, con las medidas de mitigación en el río, como lo explicaba la DOH, con una economía estable, que no dependa de una plataforma empresarial, en este caso, los trabajadores de la Licancel, sino que sea algo más amplio. Yo creo que por ahí va el camino, pero para eso, necesariamente debemos dialogar y escuchar”.