Temporada. Regantes partirán con 55% de disponibilidad de la Laguna del Maule, que caerá a 25% en abril. Caudal del río de mismo nombre, es de apenas 80 metros cúbicos por segundo.
TALCA. Las lluvias y acumulación de nieve caídas durante el pasado invierno en las diferentes cuencas de la región del Maule, dieron una luz de optimismo a los regantes. Sin embargo, a pesar de los buenos pronósticos, la situación hoy se presenta compleja, lo que ha llevado a tomar medidas de emergencia para tratar que el déficit de agua no afecte tan gravemente.
En ese contexto, el presidente de la Junta de Vigilancia del Río Maule, Carlos Diez, manifestó que “la condición hídrica que tenemos es compleja, ya son 14 años de sequía y las condiciones del clima han aumentado respecto a la temperatura, por lo que la capacidad de retención de nieve en la cordillera es muy baja”. Apuntó que lo que cayó en el 2022 se derritió demasiado rápido, los ríos cayeron a finales de noviembre, lo que es una consecuencia muy grave para el riego. A eso suma la poca capacidad de almacenamiento de la Laguna del Maule, actualmente en un 25%.
“En enero, vamos a tener que partir (temporada de riego) con un 55% de nuestros derechos y, posteriormente, bajaremos a un 50% al 31 de enero; en febrero, vamos a trabajar a un 45%, marzo 35% y en abril y 25%. Son consignas extremas, sabemos que es complicado, sabemos que esto va a dificultar el riego, pero estamos haciendo uso de toda el agua que disponemos y tratamos de repartirla lo mejor posible”.
CUIDADO
Ante este panorama, el dirigente sugirió que “debemos mejorar más en el cuidado del agua, poder distribuir lo mejor posible, trabajar asociativamente entre los regantes de aguas arriba y aguas de abajo. Es importante entender que debemos trabajar en turnos, no hay ninguna otra posibilidad dentro del reparto de agua y asumir que no hay más agua en el río. Hoy, tener un río con 80 m3/segundos, es realmente catastrófico”.
Apuntó que “hace muchos años que esta situación nos viene golpeando, por lo tanto, hay que trabajar con mucha confianza que los sistemas de riego, tanto como las Juntas de Vigilancia, las asociaciones y las comunidades, están haciendo lo mejor posible por distribuir el recurso, y fundamentalmente, creer en los celadores, que son el ente importante que reparte el agua y confiar en los directores que están trabajando por sobrellevar de la mejor manera esta situación”.