Caleta de Duao. Dos eran los ocupantes del citado bote, de cuyos cuerpos nunca más se supo. Hablamos de Marcelo del Carmen Oyarce Véliz y de Ramón Luis González Correa. Este viernes 5 de agosto se cumplen 20 años de dicha tragedia.
LICANTÉN. Desde el mediodía del próximo viernes 5 de agosto, en la caleta “Felipe Cubillos” de Duao, se llevará a cabo una misa a fin de conmemorar los 20 años de la tragedia ligada a la embarcación “El Pirata”. Corresponde a una actividad organizada por las propias familias de los dos pescadores, quienes, esa jornada del 2002, no pudieron retornar desde el mar.
NO PUDIERON REGRESAR
Dos eran los ocupantes del bote “El Pirata”, de cuyos cuerpos nunca más se supo. Hablamos de Marcelo del Carmen Oyarce Véliz (casado de 37 años y dos hijos) conocido en la zona como “El Pulga”, patrón de la embarcación y su compañero, el tripulante Ramón Luis González Correa (soltero de 31 años). Como era normal, ellos, junto a varios de sus pares, desde la propia Caleta de Duao, ingresaron esa jornada (5 de agosto de 2002) al Océano Pacífico a fin de desempeñar sus habituales labores de pesca. En algún momento durante la mañana, el clima “se descompensó” y el mar “se puso malo”, por lo que las embarcaciones optaron por dar “marcha atrás” y volver a la citada caleta. Pero los tripulantes del “El Pirata” nunca regresaron.
INVITACIÓN
Cecilia Mardones Flores, viuda de Marcelo Oyarce, es una de las principales impulsoras de la actividad programada para el viernes de la siguiente semana. Para ello, dijo, cuenta con el apoyo de los sindicatos de pescadores y tripulantes de la zona costera de la provincia de Curicó. La idea es que pueda participar la mayor cantidad de personas posible. Se confirmó que la misa estará a cargo del propio obispo de Talca, Galo Fernández y además, contará con la presencia de distintas autoridades y representantes de instituciones como Carabineros, Bomberos, Sernapesca, la Armada de Chile, entre otras. “No queremos dejar pasar estos 20 años sin hacer una misa conmemorativa”, recalcó.
SOLO UN BIDÓN
Cecilia Mardones recuerda que se llevó a cabo una búsqueda que contempló un importante tramo del borde costero, pero que lo único que se encontró del bote, por esos días, fue un bidón. Como su esposo además de pescador artesanal era también buzo mariscador, ella confiaba en la posibilidad de que se presentara un milagro. “Con la experiencia que tenía con respecto al mar, yo nunca perdía la esperanza de que se podría encontrar”, acota.
MEMORIAL
Solo después de nueve años y seis meses, un barco pesquero industrial que pasaba por la costa curicana arrastró los restos del bote, el cual fue regresado a Cecilia, quien lo mantiene en el antejardín de su casa, ubicada en el camino a Duao. Otro recuerdo que hay de dicha tragedia es una gruta, que fue levantada por las familias de ambos pescadores, frente a la segunda puntilla de Iloca. Independiente a lo último, la idea de Cecilia Mardones es que en la propia caleta de Duao se pueda levantar una especie de memorial, que incluya a todas las personas que han perdido la vida en el litoral curicano, llevando a cabo faenas de pesca. Lo principal, dice, es que sus historias de vida “no sean olvidadas” por el paso del tiempo. “Dios quiera que nunca más suceda una tragedia como esta, porque no se la doy a ninguna familia”, concluyó.