Ministro. Gerardo Bernales sostiene que el constituyente puede optar por el sistema que desee, pero que debe ser coherente en todos los ámbitos de la vida, porque lo que la Constitución va a regular es la convivencia cívica de las personas.
TALCA. Gerardo Bernales Rojas (53) es el único ministro nacido y criado en Talca y que, además, ocupa el cargo de presidente de la Corte de Apelaciones.
Asumió el cargo hace un par de semanas y tiene definido el sello que le quiere dar a su gestión: Una rápida y oportuna vista de causas, aunque admite algunas limitaciones, como la falta de una tercera sala permanente.
¿Este cargo es lo máximo en su carrera o quiere ir por más?
“No, es la culminación de la carrera judicial, la cual es hasta ministro de Corte y en algún momento a uno le toca ser presidente. Lo otro (ministro Corte Suprema) son palabras mayores y tiene otras implicancias. Profesionalmente, hasta acá es donde, legítimamente, uno puede llegar y desarrollarse. Voy a cumplir 24 años en el Poder Judicial y me he sentido muy cómodo; siempre me ha gustado solucionar los problemas de la gente”.
¿Cuál es el sello que usted le quiere dar a su mandato?
“Para este año, el objetivo general del Poder Judicial es volver al trabajo presencial, lo cual implica varios desafíos. Esta Corte tiene muy buenos recursos humanos y cada presidente o presidenta ha puesto su sello y ha aportado en algo. Es una Corte que, a pesar que le faltan ministros (tiene la misma cantidad desde hace 113 años) ha crecido diez veces y hemos podido dar respuesta oportuna a las causas que ingresan. Creo que podemos optimizar, me gusta la gestión, y creo que en ese sentido puedo aportar mi sello, en todo lo que signifique una oportuna y rápida vista de las causas, con todas las limitaciones. Acá nos falta una tercera sala permanente y, eventualmente, una cuarta extraordinaria”.
ASPIRACIÓN
Lo de la Tercera Sala permanente, desde hace años ha sido una permanente aspiración de la Corte de Apelaciones, pero nunca lo han podido conseguir. ¿Por qué razón?
“Es un tema económico y político también, porque esto es por ley, y la decisión la tiene que tomar el Congreso con el Ejecutivo. Se hace muy necesario tener otra sala para poder responder con mayor prontitud a las cosas que están pendientes”.
Esta es la cuarta región más grande de Chile, considerando la carga de trabajo que tiene los tribunales, ¿Es necesaria tener una segunda Corte de Apelaciones en el Maule?
“Crear una nueva Corte, implica una serie de otros cambios. Si se creara en Linares, Curicó, o Cauquenes, el personal tendría que ser de primera categoría (escalafón) y tener una mejor renta. No es solo construir un edificio y nombrar los ministros, eso podría ser; hay toda una reestructuración interna que se debe hacer bajo esas circunstancias. Todo lo que implica poner en funcionamiento una Corte, no creo que se justifique versus en tener una sala más, que, si nosotros la tuviéramos, sería muy pronta la respuesta”.
¿Cómo se puede, desde la Corte de Apelaciones, otorgar una justicia más digna, como lo demanda la comunidad?
“Primero, tratando de dar una respuesta más oportuna a nivel jurisdiccional que, ojalá, los tiempos sean los más cortos posibles, pero haciendo bien las cosas; si tuviéramos una sala más, sería mucho más fácil dar esa respuesta y no demorarnos un año. Luego, la atención al usuario, que sea acertada y se solucionen los problemas cuando corresponde. Lo otro y que es algo que nos ha instruido la Corte Suprema, es usar un lenguaje claro, con sentencias que la ciudadanía las entienda. Otro aspecto es nuestra propia vocería, muchas veces usamos un lenguaje técnico, pero hay situaciones que ameritan una explicación y, en ese sentido, el Poder Judicial debiera dar respuesta a la comunidad en los momentos que se necesita. Esas son maneras de ir acercando un poco más y explicar lo que es nuestra actividad”.
NUEVA CONSTITUCIÓN
¿Qué es lo peor que le podría pasar al Poder Judicial en la nueva Constitución?
“No nos corresponde opinar sobre lo que la Constitución vaya a establecer. Lo peor que nos puede pasar es que no queden cosas claras. El constituyente puede optar por el sistema que desee, porque son los depositantes del poder soberano, pero eso implica que lo que va a salir de ahí debe ser coherente en todos los ámbitos de la vida, porque lo que la Constitución va a regular es convivencia cívica de las personas y cuando hace eso, no dice que Usted va a tener esto o aquello o le va a importar esto sí o esto no. Cuando la Constitución establece las bases de la convivencia cívica, lo que hace es señalar que en esta sociedad queremos vivir de esta manera y si eso no queda claro, evidentemente, es más trabajo para nosotros y para la ciudadanía”.
¿Debe seguir existiendo el Poder Judicial como tal?
“Es que es un Poder, tenga el nombre que tenga y, de hecho, es el único Poder del Estado que ha existido desde el origen de la República. Nunca en la historia de Chile, se ha cortado la cabeza a todos los magistrados del país, como sí ha pasado con el Congreso o el Ejecutivo. Es el Poder que ha mantenido la columna vertebral, para bien o mal, con aciertos y desaciertos, y eso, con el nombre que sea, no cambia”.