Desde que comenzaron a aparecer en el “ciberespacio” (léase Internet) las redes sociales, miles de personas las han ido usando para descargar toda su rabia e impotencia ante hechos que les parecen muy injustos y hasta indignos, en los más diversos ámbitos de la vida en sociedad.
Esto ocurre en Chile y en todo el mundo, (excepto en aquellos países cuyos sistemas de gobierno son –por decirlo de alguna manera–) “menos democráticos” que otros.
La mayor parte de las quejas y reclamos tienen que ver con el plano económico y especialmente, con los precios de ciertos productos de primera necesidad y que están relacionados con el sustento diario, con la alimentación y los quehaceres domésticos en general.
Una familia sencilla y de limitados recursos monetarios podrá prescindir –por ejemplo– de las paltas (que para los más pobres llega ser casi un “lujo asiático”), pero no puede dejar de comprar mensualmente un par de balones de gas licuado que actualmente en Chile es lejos el combustible doméstico más usado.
Este producto (que en el fondo en realidad es un “subproducto” del petróleo) viene subiendo desde mediados de Enero pasado, a un ritmo inusitado y esto viene provocando una escalada de airados reclamos de la gente más vulnerable.
Hasta comienzos de año el precio de un balón de 15 kilos (que es el de mayor venta y consumo) tenía un valor promedio de $16.500, pero actualmente ese valor está rondando los 20 mil pesos y las reacciones en las redes sociales (con epítetos de grueso calibre, incluidos) no se han dejado esperar.
Hay que reconocer que muchas dueñas de casa y jefes de hogar –que por lo general son personas sencillas y ajenas a los tecnicismos económicos y empresariales– no entienden “explicaciones” como la siguiente, que se entregó el 10 de enero:
“La Empresa Nacional del Petróleo (ENAP) informó la variación que, se estima, tendrá el precio de los combustibles a partir de este jueves 14 de enero”.
Según indicó la ENAP, llegaron a esas conclusiones “considerando la regla de Precio Paridad de Importación; el Mecanismo de Estabilización de Precios de Combustibles (MEPCO); el Fondo de Estabilización de Precios del Petróleo (FEPP) y los mecanismos establecidos por la autoridad”.