Desde hace varias semanas que hemos estado recibiendo noticias muy preocupantes desde el norte de Chile, con una crisis humanitaria tal vez nunca antes vista en nuestro país.
Pues son miles de personas, principalmente provenientes desde Venezuela, los que han ingresado de forma ilegal a territorio chileno.
Familias enteras que dejaron su país de origen en busca de mejores oportunidades y calidad de vida, pues, según sus mismas palabras: “En Venezuela no tenemos trabajo, no tenemos qué comer; nuestra gente se muere porque no existen los antibióticos”.
Nos referimos a lo que está pasando en Colchane, comuna ubicada en la Región de Tarapacá, que por esos días vive una crisis migratoria sin precedentes, que se agudizó tras la muerte de dos inmigrantes -un venezolano y una colombiana- en la madrugada del miércoles recién pasado.
La frontera que divide a Colchane de Pisiga, en Bolivia, es una zona que se encuentra a más de 3.600 de altitud y donde no es raro que los termómetros caigan a cero en esta época del año.
Pero ni las temperaturas extremas ni mucho menos la pandemia de Covid-19 han detenido el flujo de inmigrantes, que en su mayoría proviene de Venezuela.
El alcalde de la comuna aseguró que actualmente son más de 1.800 personas las que han llegado a ese territorio, lo que ha producido un colapso sin precedentes, pues la localidad nortina no cuenta con las infraestructura para acoger a esa cantidad de personas.
Muchas de estas personas aseguran que tienen amigos o familiares en otras ciudades del país y solo quieren la oportunidad de llegar a esos lugares, para poder conseguir trabajo y comenzar una nueva vida.
Esto no es un problema solo de Chile, pues también hemos visto cómo los ciudadanos de Guatemala avanzan hacia Estados Unidos, y lo mismo pasa con muchos inmigrantes que quieren ingresar a países de la Unión Europea.
Este es un asunto que se debería tratar a nivel internacional, pues son personas, muchos niños, adultos mayores, mujeres embarazadas, quienes simplemente no pueden seguir viviendo en condiciones infrahumanas por las malas decisiones de los gobiernos de sus países de origen, y necesitan de la solidaridad de la comunidad internacional.
Y no hagamos distinciones ahora, por favor, pues Chile recibió a miles de inmigrantes italianos, españoles, alemanes, que tampoco llegaron con muchos planes, pero sí con muchos sueños y finalmente han sido un gran aporte a la patria.