A 20 años de la “Batalla en Los Ángeles”

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“Se sentían muchos piedrazos y hasta un balazo nos llegó” recordó Carlos Moreira.

POR RODRIGO ORELLANA SALAZAR

CURICÓ. Iberia recibía a Curicó Unido en el Estadio Municipal de Los Ángeles el 20 de noviembre de 2025.

Aquella tarde el fútbol se tiñó de rojo con lamentables episodios que nunca más deben volver a verse alrededor de una cancha. Quince buses con hinchas de Curicó Unido llegaron para apoyar al equipo dirigido por Eduardo Cortázar, los albirrojos se instalaron en las gradas poniente junto a la tribuna portando banderas gigantes y papel picado al viento para enfrentar a un Iberia colista en la liguilla final de Tercera División.

Arbitraje de Raúl Sepúlveda, y en la cancha, Miguel Santana decretó el 1-0 para el local, Rodrigo Sáez igualó el marcador para Curicó y Gilberto Tobar decretó el 2 a 1 en un segundo tiempo donde un proyectil lanzado por la barra local, provocó un corte en la cabeza del árbitro asistente. El incidente causó la suspensión del partido y el posterior enfrentamiento entre ambas hinchadas.

PIEDRAS, BALAS Y NIÑOS

“Fuimos al principio observadores de esta batalla campal desde lo alto de la tribuna, veíamos como Marginales era una especie de infantería en primera línea para que salieran los autos, minibuses y buses. En mi carrera nunca pasé algo así, pusimos los bolsos sobre los vidros, nos sentamos en el pasillo, el chofer contó hasta tres y el bus salió acelerando, se movía de un lado a otro, esquivaba algo en el camino, yo creo autos, se sentían muchos piedrazos y hasta un balazo nos llegó”, recuerda a La Prensa, Carlos ‘Pepey’ Moreira.

En las afueras del estadio, hinchas curicanos que avanzaban un par de cuadras agrupados y luego retrocedían al interior del recinto donde estaban los buses y las familias que viajaron desde Curicó.

Muchos no podían salir del estadio, no hubo acción policial en el conflicto, hasta que con el pasar de los minutos se decidió abandonar el recinto, entrando a una boca de pedradas e incluso disparos.

Alberto ‘Makanaki’ Godoy, también titular en este duelo, desde Arica recuerda que “fue terrible, super complicado, hubo situaciones violentas, nos reventaron los vidrios, nuestras familias sufrieron, temíamos por la seguridad de ellos, gracias a Dios salimos sanos y salvos, pero vivimos una violencia lamentable, yo iba con mi esposa y nuestro hijo que hoy tiene 21 años, pero entonces era una guagüita, mi esposa estaba embarazada y fue un duro momento”.

Autos, minibuses, micros y buses que llevaron a los hinchas de Curicó lograron salir sin resguardo policial hacia la carretera, hubo más de 80 heridos y un recuerdo.

“En la carretera se pararon los buses para constatar lesiones, ahí se vio la magnitud, había mucha gente herida, niños perdidos de sus papás, eso fue muy doloroso, autos y buses dañados y todo por seguir a Curicó, por verlo subir, después vino lo que pasó en Iquique con nuevas agresiones, pero todo confluyó para que esta historia trágica y emotiva terminara con el título del 2005”, dice Moreira.