Con emotiva ceremonia Liga Chilena contra la Epilepsia celebró 30 años de servicio en Curicó

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Institución sin fines de lucro, ha trabajado arduamente para generar conciencia sobre dicho trastorno neurológico, por ejemplo, eliminando los estigmas asociados.   

FOTOS RICARDO WEBER FUENTES

CURICÓ. En una emotiva ceremonia, la sede Curicó de la Liga Chilena contra la Epilepsia celebró sus 30 años de funcionamiento.

La actividad reunió a voluntarias y autoridades de salud, vinculadas a la provincia cabecera norte del Maule.

El acto comenzó con las palabras de la presidenta del voluntariado, Marcela Massa Ruggieri, quien destacó la historia y el compromiso social que han caracterizado a la citada sede, desde su fundación en 1995. Massa dedicó un especial homenaje a Angelina “Nina” Pagliotti Vercelinatto, fundadora del voluntariado, recientemente fallecida, recordada como una mujer visionaria que impulsó los primeros pasos del trabajo solidario que hoy sigue vigente.

Por su parte, el presidente del directorio de la Liga Chilena contra la Epilepsia, Jorge Förster, ofreció un discurso centrado en la importancia del acompañamiento integral a personas con epilepsia y sus familias, resaltando el rol que Curicó ha tenido a nivel local en la disminución del estigma y en la ampliación del acceso a tratamiento y apoyo.

DISTINCIONES

En el marco del aniversario, la institución realizó un sentido reconocimiento a María Antonieta Massa Barros, presidenta saliente del voluntariado, destacando su liderazgo, entrega y dedicación durante los últimos años. Ahora cumplirá el rol de vicepresidenta.

Asimismo, se entregaron distinciones por años de servicio a quienes han sostenido el espíritu fundacional de la sede. Tales reconocimientos (ver recuadro) resaltaron la permanencia y el aporte humano y comunitario, que ha permitido que la aludida sede se mantenga como un referente en acompañamiento psicosocial y acceso a medicamentos en la provincia. La ceremonia concluyó con un cóctel de camaradería que reunió al equipo profesional de la sede Curicó, junto a voluntarias e invitados. Se trató de un espacio para compartir recuerdos, valorar el camino recorrido y renovar el compromiso con las personas y familias, que conviven con la epilepsia en el citado territorio.