Reconocido como uno de los grandes basquetbolistas, oriundo de la ciudad capital del Maule, hoy reside en España junto a su familia.
Por Héctor Orellana Abaca
TALCA. Es reconocido como uno de los grandes basquetbolistas oriundo de Talca, y que forma parte de una dinastía familiar ligada al baloncesto. Le habíamos perdido el rastro, pero las redes sociales y comunicaciones rápidas e instantáneas permitieron a diario La Prensa, ubicarlo en España, donde hoy está radicado junto a su familia.
Se trata de Samuel Bravo Barraza, que tuvo una destacada trayectoria en Español y otros clubes del básquetbol mayor de Chile.
La primera pregunta para enrielar la conversación fue a qué se dedica hoy Samuel y qué lo llevó a vivir en la Madre Patria. “Sigo ligado al baloncesto como apoderado, ya que mis hijos lo practican y como entrenador de baloncesto. Los últimos años he estado trabajando con divisiones menores, equipos adultos y sigo formándome y capacitándome como entrenador”, dice.
¿Su trayectoria? Sus inicios fueron en Español de Talca, en la desaparecida Dimayor, debutando en el año 1999 y con pasos por Castro, Ancud, Puerto Varas, Osorno, UDEC, vuelta a Español de Talca y Puente Alto. Además, representó a Chile en Sudamericano, Odesur, en 3×3 y su mejor logro fue la medalla de plata en los Odesur en 2014.
Fue campeón con Osorno en el 2006 (ex Dimayor), Español el 2010, 2012 y el 2016 en la Liga Nacional de Basquetbol Liga 1 y también con Español en 2019 (LNB2).
Ciertamente que su impecable trayectoria le ha permitido disfrutar el deporte, conocer la amplitud del sur del país, hacer amigos y compartir la pista con sus primos y hermano.
¿Qué recuerdos conserva de sus temporadas en Español de Talca?
“En Español de Talca pasé por varias etapas. En mis inicios fueron de introducción, aprendizaje, jugar poco, temporadas no tan exitosas, pero lo que más destaco es el aprendizaje. La siguiente etapa fue la primera vuelta a Español luego de haber jugado mucho en el sur de Chile, y haber salido campeón con otro equipo y tener esa experiencia competitiva, además que habíamos muchos jugadores talquinos repartidos por la Liga y teníamos las ganas de dejar la ciudad en alto. Pudimos conquistar los títulos del 2010 y 2012, después jugué en otros equipos y finalmente volví el 2016 para ganar otra vez una Liga”.
¿Y cómo recuerda los títulos?
“Con mucha alegría y orgullo de ser parte de un grupo de jugadores que marcamos un hito histórico dentro del básquet de la región y el país, además de hacerlo frente a mi familia y amigos, gente que me vio crecer en la cancha. Feliz de haber podido posicionar al baloncesto talquino, en la élite del baloncesto nacional”.
¿Cómo siente ser parte de una dinastía identificada con el básquetbol chileno?
“Orgulloso de pertenecer a esta dinastía y que seamos reconocidos como una familia histórica dentro del basquetbol y con la responsabilidad de pasar esa antorcha a nuevas generaciones”.
¿Se sintió reconocido y valorado en su país y ciudad?
“Siempre me sentí querido en mí círculo cercano y ese es mi motor, creo que reconocido, valorado y respetado, entre mis pares. Pero también creo que, sí hubo momento en que se nos podría haber apreciado más sobre todo a nivel dirigencial, pienso que mucha gente vio nuestros campeonatos como algo fácil o normal. Siento que podríamos haber ganado más campeonatos si no hubiera habido años en que no se mantuvo el equipo o hubo decisiones de extranjeros no acertadas. Y sé que en la región es un lugar donde el básquet se vive y hay materia prima para tener jugadores y estar arriba en la competencia”.
A LA DISTANCIA
¿Cómo ve a Español a la distancia que en este 2025 tuvo una de las más negativas campañas en la ahora Liga 1 del básquetbol?
“Con pena, porque uno siempre quiere que el equipo esté arriba luchando por cosas importantes. Uno siempre quiere que estén en playoff y ganando partidos, pero pienso que el problema tiene una profundidad más grande, tiene que ver con cómo se gestiona el club, ser autosuficiente y cómo se proyecta el club desde series menores y cuál es la visión a futuro, para esos jugadores que están abajo sean los pilares fundamentales del club. Está más que demostrado que con gente de casa se puede ser competitivos”.
¿Regresará a Chile y a Talca algún día?
“Me gustaría volver, pero mi proyecto de vida está aquí en España junto a mi familia. Talca siempre será mi casa y estará en mi corazón, me encantan los completos mojados con ocho líneas de mayo”.
Hábleme de su familia…
“En España estoy con mis hijos: Samuel es el mayor, cumplió 20 años, y está jugando baloncesto en el Sagrado Corazón, terminó sus estudios de Bachillerato y comenzará la educación superior el próximo año. Colomba cumplió 15 años y juega baloncesto en Al-Qázeres, equipo reconocido femenino en España, está cursando 3 de la ESO (Primero Medio). Federico está en 1 de la ESO (Séptimo) y juega fútbol como delantero (creo que cogió los genes por parte de mi familia en Chile). Mi hermano jugó fútbol hasta los 16, mi primo ‘Pato’ jugó bastante y mi tío Óscar también jugó. Arlette es la más pequeña y juega baloncesto y está en 6º de primaria (sexto) juega en el CP Vedruna y tengo la suerte de ser su entrenador. Y Arlette mi esposa, está haciendo su doctorado y ha creado una empresa para el bienestar físico y mental de las personas”.
En la despedida Samuel Bravo Barraza recuerda que a pesar de la distancia, Talca siempre está en el corazón, extrañando a los seres queridos y esas conversaciones que le hacen cada vez estar más orgullos de sus raíces.