El viernes hubo una riña que involucró a seis estudiantes y que incluso, según la directora, María Consuelo Pérez, llevó a que “algunos padres llegaran al establecimiento e intentaran agredir a algunas de las escolares”.
Ayer fueron a entregar una carta con petitorios a la Superintendencia de Educación.
Por Juan Ignacio Ortiz Reyes / Fotos: Carlos Alarcón Duarte
TALCA. El viernes una riña y peleas en las que se vieron involucradas seis alumnas del Instituto Superior de Comercio (Insuco) terminó con algunos padres y apoderados en las instalaciones del establecimiento intentando agredir a algunas de las escolares y faltando el respeto a profesores y docentes del tradicional colegio talquino.
Por ello, ayer profesores, docentes y alumnos del Insuco marcharon por céntricas calles de la capital maulina hasta las oficinas de la Superintendencia de Educación para entregar una carta petitoria en la cual se señala que les entreguen mayores atribuciones para terminar con este flagelo.
La directora del Insuco, María Consuelo Pérez, dijo que “el viernes fuimos agredidos por padres y apoderados del colegio, que ingresaron al establecimiento a cobrar venganza por dos estudiantes que tuvieron un problema particular entre ellas y los papás vinieron a pegarle a una de las estudiantes. En seguida acudieron un montón de apoderados, no involucrados sus estudiantes en las problemáticas, donde trataron de entrar a ajusticiarse por sus propias manos en consecuencia que ni siquiera sus hijos estaban involucrados”.
Pérez continuó su relato señalando que “fuimos expuestos, porque rompieron las ventanas del establecimiento, trataron de entrar y toda la comunidad educativa estaba asustada y no podíamos salir y eran gritos e insultos, amenazas y no podemos nosotros estar en una situación así. Somos un establecimiento educacional. Esto nos obliga a hacer una denuncia por convivencia escolar. Los papás trataron de hacer justicia por sus propias manos para pegarles. Generalmente hay situaciones de los estudiantes que uno las maneja, pero esto se salió de las manos. Consideramos que las medidas que nos obliga a tomar el Estado de Chile son muy pocas y no son las que necesitamos nosotros para convivir con un ambiente escolar sano. Vamos a entregar una carta a la Superintendencia de Educación, porque necesitamos resguardo. Hoy día los apoderados van a retirar a sus hijos del establecimiento porque no se sienten seguros y eso no puede pasar porque necesitamos que los alumnos estén seguros, como en su casa y no podemos permitir que esto siga pasando, por lo tanto, nos tienen que dar las herramientas para poder determinar y para vivir en un ambiente sano. Necesitamos que nos den la posibilidad de tomar las medidas. Estamos mandatados a entregar educación, nosotros sabemos solo entregar educación y tomar decisiones contra estudiantes que vulneran los derechos”.
POSTURA
La directora endureció su postura al manifestar que “los alumnos involucrados en vulneraciones de derechos y en agresiones deben ser expulsados. Necesitamos que podamos ocupar ‘Aula Segura’. Hay seis personas involucradas, pero se ha visto afectada toda la comunidad educativa de más de mil estudiantes, 165 funcionarios y todo lo que conlleva el resto de la familia, estamos hablando de mamás, papás. Hay involucrados de primero y segundo medio. He hablado con los apoderados y dicen que no van a permitir la expulsión. Ellos nos critican y dicen que nosotros no protegemos a su hija”.
Por su parte, Daniela Sepúlveda, representante del establecimiento ante el Colegio de Profesores, dijo que “el tema de raíz es no más violencia, es poder sacar a estos estudiantes. Hay estudiantes que no dejan hacer las clases, son disruptivos y para el resto de los estudiantes y los tenemos que aguantar y que vuelvan a hacer lo mismo y que sea una constante de la violencia, en donde las leyes los acogen a ellos por el derecho a la educación, pero ¿por qué volver a aceptarlos en nuestro colegio si los pueden trasladar a otros establecimientos? Debiéramos tener el derecho como establecimiento de poder decir a este alumno no lo podemos seguir aceptando porque es disruptivo para que el Insuco vuelva a ser un colegio emblemático y de calidad como lo fue antaño. El problema no es 100 por ciento de nosotros, la casa también forma y nosotros llamamos a los papás para solucionar, para hablar y son ellos también el problema”.
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