La docente dice que “ella estaba enceguecida. Me tiró contra una muralla. Me apretó fuertemente el cuello, dejándome marcas, perdí el conocimiento como en tres oportunidades, fui llevada a la Mutual de Seguridad”.
Dirigentas del Magisterio de Talca aseguran que ha habido tres suicidios, por la violencia contras los trabajadores de la educación.
POR JUAN IGNACIO ORTIZ REYES
FOTOS CARLOS ALARCÓN DUARTE
TALCA. Lo que parecía ser una pauta en la que el Colegio de Profesores de Talca anunciaría su adhesión a la movilización nacional por la violencia que sufren los trabajadores de la educación por parte de alumnos, terminó en un duro testimonio de una docente, quien asegura haber sido ahorcada el año pasado por una alumna del Instituto Superior de Comercio (Insuco) de Talca.
BRUTAL AGRESIÓN
Jeannete Ortega Ceroni narra que lleva 32 años ejerciendo. Es educadora de párvulos de profesión y desde 2013 inspectora, ejerciendo intermitentemente en aulas y en marzo de 2020 llegó a trabajar al Insuco.
“El año pasado fui agredida por una estudiante de primero medio, quien me ahorcó en una sala. Se hizo la denuncia, pero no he recibido ningún apoyo, excepto el del Colegio de Profesores. Esto fue en un recreo, yo estaba en una sala de recursos y sentí mucho ruido y salí con mi colega y había dos chicas peleando y por separarlas y tratar de ayudarlas, de dejarla en sala, pero ella estaba enceguecida, me tiró contra una muralla. Me apretó fuertemente el cuello, dejándome marcas, perdí el conocimiento como en tres oportunidades, fui llevada a la mutual. Después fui al Cesfam de La Florida, donde me constataron las lesiones y al otro día al juzgado, donde me tomaron declaración y al mes siguiente se pidió que la niña me pidiera disculpas”, dice con un dejo de amargura.
La docente Ortega agrega que “del colegio y desde convivencia del colegio tuve cero apoyos. De mi directora cero apoyos, cero ayudas, tuve que pedir que el primer día de audiencia fuera alguien de convivencia, porque estaba sola. Nadie hasta hoy me ha contactado o ha preguntado por mi salud”.
CRISIS
La exinspectora manifiesta, además, que “esto ha significado mucho caos, de hecho, yo ya no estoy en el colegio, tuve que salir obligatoriamente de ese colegio, del que tuve cero apoyos de mi directora. Ahora estoy en otro colegio, lo que incluso significó desmedro hasta en mi sueldo, y sin saber por qué se me quitaron todas mis funciones. Tuve que mantenerme con licencia hasta diciembre, estaba mal, con crisis de pánico, alzas de presión, con remedios, con licencias y hasta hoy mantengo mi depresión”.
A ratos su narración se detiene porque debe hacer una pausa y respirar. “No sé para qué existen tantos departamentos, si los profesores quedamos tan abandonados, sino existiera el Colegio de Profesores estaría sola y abandonada, tal vez estaría en una clínica o tal vez habría hecho lo que quise hacer”, señala Jeannete Ortega al borde de las lágrimas.
COLEGIO DE PROFESORES
Por su parte, Ana Ramos, presidenta comunal del Colegio de Profesores, dice que “no todas las agresiones que han sufrido nuestros profesores han sido denunciadas, pero va en un alza del 25 por ciento. Sabemos de las agresiones que están sufriendo en diversos establecimientos educacionales de Talca. En nivel básico y prebásico son donde más hay y las principales afectadas las asistentes de la educación, las profesoras y esa es una problemática que se está dando todos los días y debemos solucionar, debe haber alguna normativa”.
En tanto, Melania Moya, representante Colegio de Profesores, señala que “el eslogan de nuestra movilización es que educar no nos cueste la vida, ya tenemos más de tres personas que se han suicidado por estos hechos de violencia que están ejerciendo hoy en los establecimientos y estamos planteando que hay un documento que está en el Senado que es sobre convivencia escolar y necesitamos que se le de urgencia celeridad, es un proyecto de ley que está desde el año pasado y hasta cuándo va a estar así, cada día hay más profesores agredidos y el colegio es un lugar seguro para nuestros estudiantes, pero también debe serlo para quienes trabajan en él. Esa es nuestra principal preocupación y lo que estamos planteando. Nuestra movilización en el Maule se basará en conversatorios, poner carteles sensibilizando a la población de nuestra problemática. Y tomar contacto con nuestros estudiantes, nuestros apoderados y los padres, que tomen conciencia de lo que está pasando, por qué el aprender debe ser violento, eso está fundamentado en el amor y en el cariño y no puede estar fundamentado en la violencia. A los padres les pedimos hacerse cargo de sus hijos, no pueden dejar al colegio solamente que eduque. No puede ser que un niño venga a los colegios con instrumentos para golpear”.