En el acceso al club se encuentra el salón principal, que lleva el nombre de Jenaro Gajardo Vera, el dueño de la Luna.
POR HÉCTOR ORELLANA ABACA
TALCA. El Club Social es un sitio icónico y patrimonial de la ciudad, un lugar de encuentro que invita a recordar décadas pasadas donde la vida social era un elemento característico y distintivo.
Con más de 150 años, el Club Social -ubicado en 3 Oriente 1 y 2 Sur-, es parte de la historia de Talca, conservando el sello aristocrático de tiempos pasados y de familias habituadas a lo ceremonial, al conservadurismo y las tradiciones.
Es un inmueble que mantiene un legado arquitectónico que fue conservado en el proceso de restauración tras el terremoto del 27 de febrero de 2010 y que sigue siendo una línea histórica del tiempo, que va atesorando historias y una riqueza cultural invaluable.
CONCESIONARIOS
Escondite Restaurante es el emprendimiento del matrimonio de Carolina Valdés y Sergio Rojas, hoy los concesionarios. Están felices, agradecidos y llenos de proyectos para seguir haciendo del Club Social un lugar especial y distinto.
“Nuestro local se funda hace 10 años en Varoli y luego nos cambiamos a la 5 Sur. Es allí donde conozco, en ese entonces al presidente, hoy socio del club, don Tulio Rabanal, cliente de nuestras comidas y me ofrece, en plena pandemia Covid-19 este lugar. El club estaba cerrado, no tomé una decisión en ese momento y me vuelve a insistir en otra oportunidad y es ahí donde me decido a venir. Me encontré con una infraestructura tremenda, pero claro estaba literalmente botado. Nos ofrecen un proyecto, lo tomo y nos venimos en plena pandemia”, recuerda Sergio Rojas.
VALIENTES
“A muchos les pareció una locura, aventurarse en pleno centro de la ciudad y en medio de crisis sanitaria, era para valientes”, agrega.
“Empezaron a abrirse las puertas y la reinauguración la hicimos con Felipe Avello y la verdad que nos hemos mantenido en el tiempo y hoy día con una realidad país que está un poco complicada. Hace un año mi señora toma la decisión de venir a trabajar conmigo y hacerse cargo del área administrativa. No hay nada mejor que trabajar en familia”, puntualiza Rojas.
El club ofrece colaciones a mediodía y la especialidad de la casa que son las parrilladas preparadas por el propio Sergio Rojas, especialista en ello y ganador de una serie de competencias nacionales e internacionales. Además de la comida chilena, y la oportunidad de pasar en cualquier momento del día un rato agradable y bien atendido.
PROYECTOS
Carolina Valdés cuenta que “la intención es recobrar el sello familiar del club. Buscamos principalmente la instancia de dar un espacio al adulto mayor, estamos con muchos proyectos e ideas que esperamos materializar a la brevedad. Queremos retomar lo que antiguamente era este salón, un lugar de encuentro familiar de baile, de cena en familia y de dar espacios a todo el mundo. Hace un tiempo hicimos clases de tango, y fue todo un éxito”.
SALÓN PRINCIPAL
En el acceso al club se encuentra el salón principal, que lleva el nombre de Jenaro Gajardo Vera, el dueño de la Luna.
De profesión abogado, falleció el 3 de mayo de 1998 a la edad de 79 años. La historia relata como el principal y más creíble argumento para inscribir la luna a su nombre su enorme deseo de formar parte del Club Social de Talca.
Uno de los requisitos para ingresar era tener una propiedad. Una vez inscrita con el documento notarial se dirigió al club donde no les quedó otra opción que recibirlo porque cumplía con todos lo solicitado para ser uno de sus socios.
Según dijo en su momento, el mismo Presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, le pidió autorización para que el Apolo 11 y sus tres integrantes: Aldrín, Collins y Armstrong, pudieran descender en el primer viaje aeroespacial que alunizó en la Luna el 20 de junio de 1969.
“Acá por ejemplo vino un día la seremi del Trabajo, Maribel Torrealba, a participar de una actividad de certificación y quedó gratamente sorprendida por la infraestructura, por saber que existía un lugar de estas características, de estar en el salón que lleva el nombre del dueño de la luna y empaparse de una historia de más de 150 años, eso es lo queremos como Escondite Restaurante, concesionarios del club Social, que nos vengan a ver y conocer, seguimos conservando una parte de la historia de nuestra bella ciudad”, señala Carolina Valdés.
Una grata invitación a vivir el presente y viajar a la nostalgia en un lugar con clase y distinción en pleno centro de la ciudad.