Etapa 8. El piloto maulino volvió a pinchar en un cruce de río, pero le costó remontar por la cantidad de tráfico y polvo en la ruta.
RIYADH / ARABIA SAUDITA. Un nuevo pinchazo, el polvo y el tráfico dificultaron el andar en la Etapa 8 a Francisco Chaleco López (Can-Am Factory Team) y a su navegante Juan Pablo Latrach que lo retrasó más de la cuenta llegando a la meta del día en el séptimo lugar a 12 minutos 23 segundos del ganador, el argentino Jeremías González. En la general, el maulino continúa tercero a 2:05’49” del líder, el estadounidense Brock Heger.
Jeremías González Ferioli, quien está corriendo reenganchado y quedó fuera de toda lucha en la clasificación general, suma la segunda etapa consecutiva. El trasandino se impuso a Brock Heger por 02’38” y por 07’21” al checo Jérôme de Sadeleer, que se sube al podio por primera vez durante esta edición tras terminar por detrás de francés Xavier de Soultrait el año pasado.
Con este resultado Heger sigue cómodamente a la cabeza de la general con 47 horas 33 minutos 59 segundos, a 1:41’26” de De Soultrait y a 2:05’49” de Chaleco López, quien ahora quedó a 24’23” del piloto galo.
“POR EL PODIO”
“Fue una etapa donde salimos a tratar de atacar, pero lamentablemente rompimos neumático en un río y quedamos en un gran tráfico. El pinchazo fue en una zona muy blanda del río, donde no podíamos colocar la gata. Ahí nos pasaron varios autos y camiones. Seguimos con calma porque nos encontramos con mucho polvo en el camino que costaba ver. Este martes seguiremos comiendo polvo y tierra por salir desde atrás. Sin embargo, iremos tras el podio del día, bregar y atacar en los últimos días en las zonas de dunas. Aunque será complejo porque habrá dificultad para adelantar”, comentó Francisco López Contardo.
JORNADA DE HOY
La Etapa de este martes 14 será entre Riyadh y Haradh que consta de 589 kilómetros, de los cuales 357 serán de especiales por tramos rápidos donde las tripulaciones con ambiciones de podio lo intentarán todo para acortar distancia. Asimismo, serán kilómetros peligrosos porque las rutas y huellas siempre presentan sorpresas.
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