Entrevista. Dice que a pesar de las dificultades, como el haber enfrentado la pandemia, fueron “seis años maravillosos”. El 2025 llega Jessica Torres Clark como nueva rectora.
CURICÓ. Vuelve a su ciudad: Villa Alemana, al Colegio Champagnat, establecimiento donde ya había estado a la cabeza, del 2012 al 2018. Después se vino a Curicó.
Andrés Prado Soto dice que aunque vuelve a reencontrarse con familia y amigos en Villa Alemana, acá deja también una estela de amistad y cariño que no olvidará.
Está terminando su paso por el Instituto San Martín después de seis años. Con casi tres décadas en la educación marista, ahora sigue su ruta retornando a la mencionada ciudad. Su sillón en rectoría desde marzo de 2025 será ocupado por Jessica Torres Clark.
Conversamos con Andrés Prado sobre su futuro más próximo y lo que significó para él haber sido parte de un segmento de la historia del ISM.
EXPERIENCIA ACUMULADA
¿Cómo asume este nuevo desafío? ¿Esta nueva etapa profesional en su vida?
“En primer lugar, uno se va agradecido de la comunidad marista de Curicó. Han sido seis años maravillosos, donde hemos tenido que enfrentar distintas situaciones complejas, entre medio, lo que fue la pandemia. Pero más allá de eso, ha sido una experiencia muy grata”.
“Volver a Villa Alemana, a nuestra ciudad, a la casa, con la familia, al Colegio Marista de allá, también representa una alegría inmensa, porque volvemos a nuestra tierra, a nuestras raíces, y al colegio que me vio nacer como marista. Así es que me voy a encontrar con mucha gente nueva, pero también con mucha gente conocida de años de amistad, que quedaron postergadas por estos seis años. Así que voy con mucha esperanza de poder reencontrarme con el colegio que dejé el 2018 y seguir aportando y construyendo la educación marista desde la experiencia que uno lleva acumulada de muchos años”.
MODELO
¿Fue muy difícil la etapa de la pandemia?
“Sí. Fue muy compleja. Básicamente el tema de la tecnología fue el punto clave en esto. No estábamos preparados, ni en implementación, ni en capacitación, ni en dar respuestas prontas y rápidas respectivas, pero a Dios gracias salimos adelante”.
Andrés añade que si bien hubo apoderados que reclamaron en un principio, poco a poco fueron entendiendo que “esto era algo que iba más allá de nuestras capacidades y algo que afectó a todo el mundo, todos los colegios se vieron en la misma situación y logramos salir adelante con toda la estrategia que implementamos para poder responder a los desafíos que nos pedían los apoderados”, añade.
Aquí jugaron un rol muy importante las estrategias tecnológicas aplicadas, lo que llegó incluso a significar que el ISM se transformó en un modelo para otros establecimientos, en cuanto al manejo de la pandemia.
FELICIDAD ORGANIZACIONAL
¿Tiene alguna meta personal trazada para esta nueva etapa?
“Llevo casi treinta años en la educación marista (…) Creo que uno ha aprendido a darse cuenta que lo más importante en las instituciones son las personas y todo lo que es la parte de gestión, ejecutiva, si bien es cierto es súper importante, yo siempre me he puesto como meta y también así lo voy a hacer en Villa Alemana, es que toda la gente venga contenta a trabajar”, afirma el rector del ISM.
“Aunque suena muy simple, creo que es la base para que cualquier institución pueda ir creciendo en todo sentido. Porque en la medida en que las personas vengan contentas y sientan que este es un espacio grato de trabajo, de compartir, porque pasamos prácticamente la mitad de nuestras vidas en espacios laborales. Entonces, con lo que he estado estudiando últimamente, sobre lo que es la gestión de personas y la felicidad organizacional, está todo centrado en generar esta dinámica de buscar que las personas se sientan cómodas en el lugar en que están trabajando”.
DIFERENCIAS
Le preguntamos al rector qué diferencias establece entre las dos comunidades maristas, pensando en el camino que va a emprender.
“No hay mucha diferencia desde el punto de vista educativo-formativo o del punto de vista del proyecto educativo. Creo que la diferencia lo da la cultura del lugar. Esta es una ciudad (Curicó) y una comunidad muy acogedora, muy grata. La gente es muy cercana, muy fraterna. Con mi esposa nos vamos muy felices por las amistades que hemos hecho, por el recibimiento que hemos tenido”.
Prado establece algunas diferencias más bien entre las ciudades. Villa Alemana está cerca de Viña del Mar y de Santiago, lo que le hace tener una vida de mayor movimiento.
Por otra parte, el Colegio Champagnat tiene una historia relativamente más nueva, que se acerca a los 60 años, a diferencia de los 112 del ISM.
No obstante Andrés Prado se ve cómodo y con toda la energía de asumir esta realidad y adecuarse a las necesidades y metas que se vayan planteando.
AVANCES
¿Se cumplieron sus objetivos en Curicó?
“Yo diría que sí. En el fondo, todas las renovaciones que se hicieron, desde el punto de vista de infraestructura por ejemplo, todos los cambios de mejorar la infraestructura eléctrica, la implementación tecnológica: las redes wi fi que sean de última generación; todas las salas de clase, todos los espacios con aire acondicionado. La adquisición de chromebook; es decir, ya no es que los alumnos van a una sala de computación y como ya no había más espacios, preferimos estos carros de computadores que van a las salas”.
“También son avances importantes la mejora de la fachada que se hizo a la entrada por San Martín; las luminarias que se pusieron en el Estadio Marista: se renovó la luminaria de la cancha principal y se iluminaron espacios que estaban a oscuras y la cancha dos. Consideramos el cierre perimetral del Estadio, que no tenía cierre, cualquiera podía entrar por allí”.
“Y en la parte de gestión, la incorporación de nuevos profesionales al equipo de gestión, con el Consejo Directivo. Allí hay una mezcla de gente joven en edad, pero con experiencia en lo marista y en educación y algunos que somos de mayor edad, una buena combinación”.
SINDICATO
“En la administración financiera y contable, hubo un cambio importante y por sobre todo, la implementación de distintos proyectos, tanto desde el punto de vista de la convivencia escolar, del punto de vista de la afectividad y sexualidad, un proyecto apropiado para un colegio católico marista”, señala el rector del ISM.
“Con mi gestión surge el Sindicato de Trabajadores del Instituto San Martín, que es una instancia que hay que valorar, porque también ahí hubo demandas que fueron muy bien recibidas y a lo cual el colegio accedió y hubo una muy buena negociación: terminamos ambas partes contentos con los resultados y yo creo que eso también hay que tomarlo en cuenta al final del día”.
SIN PERDER EL FOCO
¿Qué enseñanza se lleva de Curicó?
“Básicamente las relaciones interpersonales, hablando propiamente tal del colegio. Lo importante es saber mantener relaciones cercanas, fraternas, horizontales. La gente tiene una mirada muy positiva”.
“Me voy con el recuerdo de una comunidad educativa muy cálida, muy acogedora, muy empática y también muy cariñosa”.
Sus palabras para la comunidad marista curicana.
“Con mi esposa nos vamos con mucha alegría. Por lo tanto, con un agradecimiento inmenso a todas las personas que nos recibieron en Curicó y decirles que nunca dejen de ser las personas que uno ha visto a través de los años, de mucha honestidad, de mucha franqueza; ojalá eso se mantenga. Que más allá de las diferencias entre las distintas personas, que son todas legítimas, siempre haya una mirada por un bien común y ese bien común son todos nuestros estudiantes”.
“Creo que en la medida en que seamos capaces de no perder cuál es el foco de esta institución, que todas nuestras miradas, todos nuestros esfuerzos y sacrificio, estén siempre encaminados en pos de una educación marista; una educación marista que vive, que respira y que está al ciento por ciento con el legado del padre Champagnat. En la medida en que seamos capaces de no perder el foco de nuestra misión, este colegio va a seguir por cien años más”.