Galo Fernández al concluir Encuentro Diocesano. “Rezamos para que, en Venezuela, se resuelva la soberanía popular, y se respete la legitimidad de un proceso que reconoció con claridad cuál era el vencedor”, indicó.
TALCA. “Tenemos en nuestra tierra muchos hermanos venezolanos. La verdad que yo tengo la convicción, que por, sobre todo, ellos han aportado mucho a nuestra tierra. Lamentablemente a veces se arma una caricatura y se mira al extranjero como personas que no aportan y yo creo que eso no es justo”, señaló el obispo de la Diócesis de Talca Galo Fernández, al concluir el tradicional Encuentro Diocesano que se realizó, como es tradicional en el Gimnasio Regional.
El pastor de la iglesia católica, señaló lamentar y hacer suyo el dolor de tantos hermanos que han sido atropellados en sus derechos por una dictadura que no tiene nombre. “Hago mío el dolor que tienen, de la crisis total, la ruptura de la democracia, del atropello a un proceso legítimo, y democrático, por la imposición de una dictadura que no tiene nombre. Los acogemos a ellos con gran cariño y rezamos para que, en Venezuela, se resuelva la soberanía popular, y se respete la legitimidad de un proceso que reconoció con claridad cuál era el vencedor”, indicó.
100 AÑOS DE LA DIÓCESIS
El Encuentro Diocesano realizado en Talca, marcó el anticipo a lo que será la celebración de los 100 años de la diócesis, que fue fundada el 19 de octubre de 1925. “Hemos tenido una preciosa celebración, con mucha alegría, y experimentando el encuentro de las comunidades diseminadas por todas las zonas pastorales que han llegado con esfuerzo a expresar el cariño en este caminar de la Iglesia. Es una celebración especial por cuanto se cumplirá un siglo de la historia diocesana. Tener presente a tantos que forjaron el camino de fe en las comunidades como los obispos: Carlos Silva Cotapos, Manuel Larraín, Carlos González y Horacio Valenzuela, además de laicos y religiosos que han contribuido en este camino de amor”, dijo.
LLAMADO A PROFUNDIZAR LA FE
En el marco del Encuentro Diocesano el prelado fue categórico en llamar a poner a Dios en cada una de nuestras acciones. “Estoy muy contento que nos juntemos, que haya venido tanta gente, pero eso no puede enceguecer, que creamos que estamos en la gloria celestial. Somos comunidades frágiles, humanas que tenemos que purificar nuestro modo de ser, para ponernos en la vida de Jesús, para que en la tierra reine el amor y la paz, lejos de los afanes materiales. El corazón se pierde cuando está sin Dios que es fuente de amor mutuo”, expresó el religioso. En la oportunidad, y como parte del día de vocaciones religiosas, el obispo también valoró la vida de hombres y mujeres consagrados en distintos caminos de caridad, de servicio a los más pobres, a la educación y a la evangelización en las distintas comunidades de: Talca y Curicó.
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