“Zapato chino”. A pesar de las denuncias formuladas desde hace meses por vecinos, recinto que iba a ser utilizado como un gimnasio permanece en manos de un grupo de personas, quienes se niegan a irse de aquel punto.
CURICÓ. Pasan y pasan los meses, y a pesar de las denuncias en su momento formuladas por vecinos, de las cuales este medio de comunicación hizo eco, un recinto ubicado en calle Peña, entre la avenida San Martín y la calle Villota permanece “tomado” por un grupo de personas. Por estos días, dicha situación se presenta como un verdadero “zapato chino”, ya que, tratándose de una propiedad privada, cualquier tipo de acción que allí se realice, necesita de la autorización de su respectivo dueño, el cual permanece “inubicable”, fuera del país.
GIMNASIO
Lo cierto es que la propiedad en cuestión sería destinada para acoger un gimnasio de la cadena Pacific. Pero a la fecha, dicho espacio no abrió sus puertas al público, quedando “abandonado”, ya que el propietario y controlador de la aludida cadena falleció. Después de aquello, en el contexto de un accidente de tránsito, uno de los hijos de dicha persona también perdió la vida, mientras que, hasta el día de hoy, otro de sus herederos permanece, como señalábamos, “inubicable”.
En tal contexto, la impotencia de los vecinos se ha ido instalando al ver que, a pesar de los reclamos que han compartido en distintas instancias, el recinto ubicado a pocas cuadras de la propia Plaza de Armas y de la Primera Comisaría de Carabineros, sigue “tomado”.
AMENAZAS
Dicen los propios vecinos que, si bien Carabineros ha llegado al lugar, sacando desde el interior del recinto a las respectivas personas, a los pocos minutos simplemente retornan.
Otro ejemplo: hace algunas semanas, llegaron personas a sellar el lugar, pero a la noche, quienes allí “residen”, volvieron a ingresar. Corresponden a personas de distintas edades, que se han distribuido los espacios y que además están “colgados” al servicio eléctrico. Junto con ello han amenazado a los vecinos a que no sigan llamando a Carabineros.
Cabe señalar que corresponde a un edificio que además ha sido completamente “desmantelado”. Un claro ejemplo de aquello es lo que ha ocurrido con algunos ventanales, los cuales tras ser intervenidos han caído hacia la vereda contigua, con el peligro que eso conlleva a los peatones que por allí circulan. Otro peligro que se comenta es la posibilidad de que se genere un incendio en el lugar, que obviamente podría afectar a las propiedades contiguas.
MÉDICO VETERINARIO
El 6 de junio pasado, diario La Prensa publicó una crónica dando a conocer esta situación. Una de nuestras fuentes fue el ahora fallecido médico veterinario, Claudio Bonati, quien era propietario de la clínica ubicada justo al lado de la propiedad que fue tomada. En aquella oportunidad, nos relató que su clínica había sido víctima de algunos robos, y que obviamente las sospechas respecto a los autores apuntaban hacia sus “nuevos vecinos”.
En tal contexto, el profesional solicitó ayuda para que tal escenario pudiera ser corregido. “Nadie se hace responsable. Por eso mi pregunta es sencilla ¿Qué podemos hacer?”, fueron las últimas palabras de Bonati en dicha conversación.
ANTECEDENTE
Desde la Dirección de Seguridad Ciudadana del Municipio de Curicó indicaron que, según los antecedentes que manejan, quienes se tomaron la aludida propiedad corresponderían a personas que ya habían sido retiradas de otro recinto de la ciudad, que también fue ocupado por ello, en el sector de Trapiche. Tras ser desalojados, arribaron a su “actual morada”.